Puerto Rico estrena este martes la reapertura casi total de su economía cerrada desde hace casi tres meses por la pandemia del coronavirus, que hasta la fecha en la isla ha dejado 147 muertos.
El territorio caribeño retorna a una “normalidad” casi completa que lo acerca a la situación previa al inicio del confinamiento el pasado 15 de marzo. Se trata de una tercera fase de reapertura en la que comercios, empresas y personas están muy ya cerca de sus actividades habituales.
Tras firmar una orden ejecutiva que entró en vigor este martes y que tendrá una duración de dos semanas, la gobernadora de Puerto Rico Wanda Vázquez, da por concluido el confinamiento, aunque se mantiene el toque de queda que ahora comenzará a las 10:00 de la noche y terminará a las 05:00 de la mañana.
El final del confinamiento significa acabar con las restricciones que impedían salir de casa salvo para situaciones imprescindibles, aunque el uso de mascarilla en lugares públicos es obligatorio.
A partir de ahora, los comercios con una ocupación de hasta el 50 % de su superficie, y supermercados podrán abrir de lunes a domingo. A las barberías y centros de belleza, se suma la apertura de los “spas” y clínicas de estética y los gimnasios respetando el distanciamiento mínimo de 1,8 metros entre personas y la normativa de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU.
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Las playas y balnearios también está abiertos, pero existe la advertencia de que se eviten fiestas o reuniones masivas a riesgo de volver a su cierre. La apertura de las playas ayudará a que a partir del 15 de julio Puerto Rico pueda recibir turistas de Estados Unidos continental.
Los centros de cuidado para niños podrán abrir a partir del 1 de julio, pero esta decisión está sujeta a una extensa evaluación de sus medidas sanitarias. Las escuelas y universidades podrán reanudar su actividad para preparar la llegada de los estudiantes el próximo semestre.
El coronavirus ha provocado un duro golpe para la economía de Puerto Rico y ha frenado todas las proyecciones de mejoría por parte del Gobierno. El Ejecutivo de Wanda Vázquez preveía para este año un crecimiento de la economía del 4,2 %, unas cifras que ya no se podrán alcanzar.
Además, las pérdidas ocasionadas por la paralización ascienden a casi 11.000 millones de dólares, cuando Puerto Rico se recuperaba de los huracanes de 2017 y los terremotos de enero.