La noticia del devastador incendio que afectó a la catedral de Notre Dame en París, Francia causó conmoción en todo el mundo. Construido hace 856 años, este templo de estilo gótico es uno de los edificios más icónicos de la capital francesa y recibe cerca de 13 millones de visitantes cada año.
La construcción que dio su nombre a una de las obras maestras de la literatura francesa, “El jorobado de Notre Dame” de Víctor Hugo alberga piezas de inestimable valor artístico, histórico y religioso que pudieron verse afectados por el fuego.
Entre los objetos guardados en Notre Dame, considerados como reliquias sagradas de alto valor está la corona de espinas que usó Jesús de Nazaret en el momento de la pasión. También un trozo de la cruz y algunos clavos de los que fueron utilizados durante su crucifixión.
La corona llegó a la ciudad de la mano del rey Luis IX de Francia en 1238. Tras el incendio la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, aseguró que fue trasladada a un lugar seguro junto a otras reliquias, como la túnica de San Luis que también se guardaba en la catedral.
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Notre Dame cuenta con tres enormes vitrales con forma de rosa en las fachadas norte, sur y occidental. Los llamados “Rosetones” contienen muchas piezas que datan de los siglos XII y XIII, con paneles originales así como otros agregados durante varias obras de restauración.
Gran parte de estas vidrieras medievales, incluido el rosetón de la fachada oeste, se salvaron del incendio. Sin embargo se teme que algunas ventanas hayan sufrido daños.
El Órgano más grande que existe en Francia, construido en el siglo XVIII, conformado por cinco teclados y unos 8 mil tubos, está en Notre Dame. En 2013 había sido restaurado de manera exhaustiva.
El ministro de Cultura de Francia, Franck Riester, aseguró que el instrumento “parecía haber sufrido daños considerables”.
“Los tesoros serán llevados a un lugar seguro. Las pinturas de Notre Dame, las grandes, hasta donde sé no sufrieron daños. Hay algo de humo. Después las trasladaremos al Museo del Louvre para protegerlas, conservarlas y restaurarlas”, aseguró Riester.
De lo que si hay certeza es del daño que causaron las llamas en el techado de madera de la catedral que era uno de los más antiguos que existían en Europa.
Cada una de sus vigas fue elaborada con un árbol distinto, por eso se estima que para su construcción fue necesario cortar unos 1.300 robles. Los informes del incendio ocurrido el lunes 15 de abril indican que gran parte del techo de la edificación quedó destruido por el fuego.
Las gárgolas, añadidas al edificio durante unas obras de restauración realizadas entre 1843 y 1864, fueron talladas con el objetivo funcional de conducir el agua de la lluvia lejos del edificio. Estas figuras fantásticas se convirtieron con el paso de los años en una imagen clásica de Notre Dame.
Algunas de las gárgolas estaban siendo restauradas, por ese motivo estarían a salvo, pero se estima que las que se encontraban en la zona afectada por el fuego hayan resultado dañadas.
El incendio comenzó cerca de las 18:30, hora local (16:30 GMT) del lunes 15 de abril y rápidamente alcanzó el techo de la catedral. Los bomberos lucharon para controlar las llamas, mientras miles de personas se reunían en los alrededores para orar o entonar cantos religiosos.
Tras casi nueve horas combatiendo las llamas, el jefe de Bomberos de París, Jean-Claude Gallet, dijo que la estructura principal de la catedral había sido “salvada y preservada” de la destrucción total.
El martes en la mañana el fuego fue declarado completamente extinto, mientras que el presidente de Francia Emmanuel Macron, se refirió al incendio como una “terrible tragedia”.
Las llamas hicieron colapsar la torre en forma de aguja emblemática del templo, destrozaron vitrales y estructuras de madera. Más de 500 bomberos trabajaron para evitar que una de las torres de campanario se derrumbara.