New Jersey repartió $245 millones en pagos fraudulentos bajo el programa complementario creado para reforzar las prestaciones de desempleo de las personas que perdieron sus empleos a causa de la pandemia de la COVID-19, según informó un organismo de control del Gobierno.
El Estado Jardín ocupó el cuarto lugar en número de prestaciones fraudulentas entre los 19 estados examinados, según un informe del inspector general del Departamento de Seguridad Nacional.
De acuerdo al informe, el fraude en el programa, que ofrecía un pago adicional de $300 semanales a los desempleados, se produjo porque la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), encargada de supervisar el programa, no tomó medidas para garantizar que los fondos se desembolsaran correctamente a las personas que cumplían los requisitos.
Los funcionarios de FEMA reconocieron el problema en el programa, que fue establecido por orden ejecutiva por el entonces presidente Donald Trump en agosto de 2020. Según reporta 123hindinews, los funcionarios dijeron que la agencia ha construido controles internos para evitar que se repita.
En total, según el inspector general, se hicieron más de $3.700 millones en pagos indebidos a 2,3 millones de beneficiarios. El informe reveló que 140.766 personas de New Jersey recibieron los pagos adicionales de forma indebida.
La semana pasada, en un informe diferente, la estimación global del gobierno federal de las prestaciones de desempleo de la época de la pandemia que se distribuyeron de forma fraudulenta aumentó a $45.600 millones, frente a una estimación anterior de 16.000 millones.
La Oficina del Inspector General del Departamento de Trabajo de EE.UU. señaló en un comunicado que entre las personas que recibieron pagos fraudulentos se encontraban personas que solicitaron el desempleo en varios estados, que estaban en prisión o que habían fallecido.
El programa de la FEMA, denominado Programa de Asistencia para Salarios Perdidos, fue creado por Donald Trump con una orden ejecutiva en agosto de 2020. El programa fue diseñado para proporcionar pagos suplementarios además del seguro de desempleo regular para aquellos que perdieron sus puestos de trabajo o fueron suspendidos durante la pandemia de coronavirus.
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La FEMA creó el nuevo programa en 11 días y entregó el dinero a los estados para que lo desembolsaran a través de sus propias oficinas de seguro de desempleo.
El informe dice que FEMA actuó “sin desarrollar e implementar una guía clara para el programa o verificar y supervisar los controles para asegurar que prevenían y mitigaban los pagos fraudulentos”.
Las oficinas estatales, por su parte, “no disponían de controles suficientes para evitar actividades fraudulentas o pagos excesivos, y se basaban en las autocertificaciones”, decía.
“A pesar de las repetidas advertencias del Departamento de Trabajo y de nuestra oficina de que las autocertificaciones no son fiables y pueden dar lugar a pagos indebidos, FEMA no exigió controles para mitigar la falta de fiabilidad de las autocertificaciones para determinar la elegibilidad de los solicitantes”, dice el informe.