La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó este miércoles 27 de enero que la mutación británica de la COVID-19 ya se encuentra presente en por lo menos 70 países, se trata de 10 naciones más que en el último recuento realizado el pasado lunes 25 de enero.
Mientras, la cepa sudafricana del nuevo coronavirus, que es otra mutación del virus distinta a la británica, y que también es altamente contagiosa, ya fue detectada en unos 31 países, ocho naciones más que en el recuento anterior según detalla la agencia de la ONU en su revista epidemiológica de cada semana.
Así mismo, otra variante brasileña del virus ha sido descubierta en seis nuevos Estados con lo que ya suman ocho las naciones en las que esta mutación se ha detectado oficialmente. En la actualidad se realizan estudios a nivel global para indagar por qué la variante británica es tan contagiosa. Trascendió que esta cepa se transmite más pero no se conoce mucho sobre su grado de peligrosidad.
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La semana pasada el primer ministro británico, Boris Johnson anunció que la variante británica de la COVID-19 parecía ser también más mortífera. Sin embargo los científicos refirieron que los datos indican que la letalidad de la “variante inglesa” es entre 30% y 40% superior en letalidad a la de los coronavirus clásicos.
Ante esta afirmación la OMS se mostró prudente y manifestó: “Los resultados son preliminares y se necesitan más análisis para corroborar esas conclusiones”, indicó la agencia en su boletín donde se explica que las variantes son versiones diferentes del coronavirus inicial que aparecen con el tiempo a causa de varias mutaciones, y es un fenómeno normal en la vida de cualquier virus.
Desde su aparición en China se han observado numerosas mutaciones del SARS-CoV-2 y la gran mayoría no han tenido consecuencias. No obstante algunas mutaciones pueden darle ventajas, como por ejemplo una mayor transmisibilidad.