Cinco mujeres en “formación diamante” desean abrirse paso de manera táctica para a través de los votos para tomar “el castillo” y hacerse de la presidencia de los Estados Unidos, en una oportunidad en que las demócratas intuyen que el presidente Donald Trump va a ser un enemigo fácil a vencer.
En el caso del “inobjetable quinteto sentido femenino”, no hay que quitar méritos a la reunión de damas a la que en oportunidad reciente se incorporaron las senadoras Elizabeth Warren y Amy Klobuchar quienes se miran en las presidenciales de 2020.
Más allá de la formación táctica que permitirá que una de ellas llegue a la disputa, en la pelea tendrán que considerar la confianza que los republicanos tienen en la popularidad de su líder Donald Trump a quienes consideran inderrotable.
Elizabeth Warren, Amy Klobuchar, Tulsi Gabbard, Marianne Williamson y Kirsten Gillibrand tiene las credenciales suficiente para encarar al poco dócil neoyorquino, que al igual que en sus tiempos de “telerealidad” no tendrá contemplaciones con las damas.
El quinteto va a tomar el relevo a la carrera hecha por su correligionaria Hilary Clinton, quien en las alecciones de 2016 ganó el voto popular, pero no pudo hacerse del sufragio colegiado, dentro de una elecciones que fueron investigadas por dos años ante la sospecha de una colusión en lo que se denominó la trama rusa.
Además de Warren y Klobuchar, la senadora Kamala Harris, la miembro de la Cámara Baja, Tulsi Gabbard, y la autora Marianne Williamson han lanzado sus candidaturas.
La senadora Kirsten Gillibrand, por su parte, dio a conocer en enero la formación de un comité exploratorio para analizar su posible candidatura presidencial, un paso legal previo a un hipotético anuncio oficial.
De confirmarse su participación, un total de seis mujeres demócratas batallarán por conseguir ser la candidata de su partido para los comicios de noviembre de 2020, donde enfrentarán a Trump.
La posición contraria a las políticas del magnate neoyorquino en términos de inmigración, economía y medio ambiente, principalmente, ha sido el eje principal de la mayoría de las declaraciones de intenciones de las precandidatas a presidente.
En su discurso de apertura de campaña este sábado, Warren calificó a Trump como “el último y más extremo síntoma de lo que ha salido mal en Estados Unidos, producto de un sistema amañado que aúpa a los ricos y poderosos”.
“Las personas más ricas y poderosas de Estados Unidos han presionado en Washington y han pagado a políticos para inclinar el sistema año tras año”, añadió Warren, una de las senadoras más progresistas de la bancada demócrata.
Klobuchar, una senadora moderada que representa al estado de Minesota, también cargó contra Trump al presentar su candidatura.
“Estamos cansados: nuestra nación debe estar gobernada no por el caos, sino por la oportunidad”, aseveró Klobuchar en su discurso.
La otra senadora que ha hecho oficial su candidatura es Kamala Harris, una legisladora de California que goza de altos índices de aprobación entre los miembros del Partido Demócrata.
Harris, hija de padre jamaicano y madre india, fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en la Cámara Alta del Congreso estadounidense en 2016.
“Verdad, justicia, decencia, igualdad, libertad, democracia. Estas no son solo palabras. Son los valores que como estadounidenses apreciamos, y están todas en juego ahora”, argumentó Harris en su alocución al anunciar su campaña electoral.
Junto a Hillary Clinton, al menos nueve mujeres han intentado sin éxito llegar a la Casa Blanca.
La primera de ellas fue Victoria Woodhull, una pintoresca figura de Ohio que en 1872, casi 50 años antes de que las mujeres tuvieran derecho al voto, se postuló como candidata a la presidencia por el Equal Rights Party (Partido por la Igualdad de los Derechos) y nombró al abolicionista Frederick Douglass como su compañero de papeleta por la vicepresidencia.
Belva Lockwood, una incansable sufragista independiente del estado de Nueva York, se postuló como candidata a la presidencia en 1884 y 1888.
Gracie Allen, una comediante que en 1940 llevó a cabo una campaña muy irónica como parte del Surprise Party (Partido Sorpresa).
Margaret Chase Smith una legisladora oriunda de Maine que sirvió en la Cámara de Representantes de 1940 a 1948 y en el Senado de 1948 a 1973, se postuló a la presidencia en las primarias del partido republicano en 1964.
Charlene Mitchell, una activista de los derechos civiles oriunda de Chicago, fue la primera candidata presidencial negra como parte de la papeleta del Communist Party (Partido Comunista) en 1968.
Shirley Chisholm, la primera congresista negra (1969-1983) también se convirtió en la primera mujer en hacer campaña para representar al partido demócrata en 1972.
Patsy Takemoto Mink, abogada japonesa-estadounidense y demóctrata de Hawái se convirtió en 1972 en la primera mujer asiática en postularse a la candidatura presidencial.
Isabell Masters, candidata del Looking Back Party. Sus hijos fueron sus compañeros de papeleta en tres de las elecciones, su hijo Walter en 1992, su hija Shirley en 1996 y su hija Alfreda en el 2000.
Lenora Fulani, psicóloga y activista, se presentó de candidata en 1988 y 1992 por el New Alliance Party.
Gloria La Riva, fue una activista antiguerra dedicada a los derechos humanos y la lucha contra el capitalismo, y corrió como candidata presidencial por el Party of Socialism and Liberation en el 2008 y el 2016.