Tras un largo historial de desórdenes y hartas del caos anual durante las vacaciones universitarias del Spring Break, las autoridades de la ciudad de Miami Beach decidieron ejecutar este año medidas orientadas a limpiar su imagen de daños y tiroteos imponiendo severas restricciones en las playas, licorerías y otros establecimientos y así desmotivar a jóvenes revoltosos.
Aunque muchos vecinos y comerciantes del distrito turístico de Miami Beach dicen que respirarán más tranquilos durante este Spring Break, el receso estudiantil de marzo, otros propietarios de establecimientos temen por el impacto que las medidas puedan causar en el comercio.
Algunas personas que residen en las cercanías de Ocean Drive, en el corazón del barrio de South Beach, han comentado a medios de comunicación locales que en los últimos años esa zona se ha convertido en el lugar preferido de miles de estudiantes buscando fiesta, alcohol y drogas, y que esa situación ha terminado muchas veces en tiroteos.
En fecha reciente el alcalde de Miami Beach, Steven Meiner, anunció la implementación de medidas para desalentar a los jóvenes problemáticos durante toda la temporada. Tales disposiciones serán más drásticas el segundo y tercer fin de semana de marzo, del 8 al 10 y del 15 al 17 de marzo, considerados los dos fines de semana más concurridos.
La tarifa por estacionamiento aumentará a 100 dólares y de plano permanecerán cerrados los días más concurridos; los accesos a las zonas más congestionadas serán restringidos, el control policial en las playas, que cerrarán cada día a las 6 de la tarde, aumentará y los bolsos de los bañistas serán revisados. Además, las licorerías deberán cerrar al público a partir de las 8 de la noche y los bares y restaurantes no podrán hacer uso de sus terrazas al aire libre.
Pero algunos comerciantes consideran que estas medidas estrictas que van en pos de la calma vecinal, perjudicarán a los comerciantes locales. Les parece injusto para los negocios de esta zona porque van a perder dinero y tendrán que prescindir de gran parte de su personal durante estas semanas que es cuando más se factura.
Ante esta opinión, las autoridades locales defienden que “es importante garantizar que Miami Beach sea un lugar seguro”.
“Lo peor para la economía es el daño a la imagen cuando hay muertes y tiroteos, y eso supone un impacto permanente”, argumentó Alex Fernández, concejal de la ciudad.
Pequeños comercios a la expectativa
Muchos de los comerciantes y hoteleros están a la expectativa sobre el éxito de estas medidas.
“Estoy de acuerdo con que haya más vigilancia policial, porque esto era un descontrol, pero realmente creo que los que acabamos afectados somos nosotros, que no tenemos ninguna culpa y tenemos que trabajar para vivir”, comenta el administrador de un hotel.
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“Aunque las cosas pueden volverse un poco desafiantes, hay que pensar en que es por su bien”, señala por su parte Troy Wright, director ejecutivo del distrito de mejora de la Avenida Washington, que aglutina a varios comercios apostados en esta importante arteria.
“Hay que tener confianza de que las cosas que están cambiando se hacen por el bien de todos y porque haya un impacto positivo para todos en la playa”, insistió.