Es prácticamente un milagro que Tiger Woods esté vivo. Al menos eso dijo ayer el sheriff, Alex Villanueva, del condado de Los Ángeles tras presentar un reporte sobre el accidente automovilístico que sufrió el deportista hace unas semanas.
De acuerdo con el agente, la estrella del golf viajaba a una velocidad de 87 millas por hora (140 kilómetros por hora) en una zona donde la velocidad máxima es de 45 millas. Según los reportes, Tiger Woods no frenó antes de estrellarse contra el árbol «tal vez porque pisó el acelerador en vez del freno», presumió el sheriff, por el estado de pánico en el que se encontraba.
Villanueva dijo que Tiger Woods no recibirá una citación por el accidente y culpó al incidente de la velocidad excesiva y la pérdida de control del vehículo.
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El golfista sufrió lesiones graves en las piernas en el accidente de un solo vehículo, que ocurrió en febrero cuando condujo hacia el carril opuesto, golpeó un árbol y volcó el vehículo varias veces. El tramo de la carretera en el condado de Los Ángeles es conocido por los choques.
El 15 veces campeón se quedó con múltiples fracturas en la pierna y el tobillo después del accidente y existen serias dudas sobre si uno de los atletas más exitosos y famosos del mundo volverá a jugar al golf profesional.
El departamento del alguacil del condado de Los Ángeles dijo el mes pasado que había determinado la causa del accidente, pero no dio a conocer los detalles del accidente, citando preocupaciones de privacidad. La divulgación de detalles del miércoles se hizo después de que Woods dio permiso, dijo Villanueva.