El Comité Paralímpico Internacional (IPC) colocó la última cereza en el amargo pastel que les toca compartir a los desterrados atletas rusos.
Tras una junta general extraordinaria, el organismo decidió que los deportistas rusos y bielorrusos queden excluidos de los Juegos Paralímpicos de invierno de Pekín que culminará el próximo domingo 13 de marzo. La entidad sancionó a los representantes de ambas naciones en respuesta a la sangrienta invasión de Ucrania.
Ya estaba previsto que los rusos compitiesen como neutrales sin bandera ni himno, pero es que ni así los quieren. El repentino cambio de criterio se precipitó debido a las críticas de varios comités, equipos, federaciones y atletas que amenazaron con no asistir a la cita. Los rusos que ya habían llegado a Pekín tuvieron que hacer sus maletas y marcharse.
“El cambio en la posición se debe a que en las últimas doce horas un número elevado de países se ha puesto en contacto con nosotros y nos pidieron que si no reconsideramos nuestra decisión sería probable que hubiera graves consecuencias para los Juegos Paralímpicos de invierno de Pekín, amenazando con no competir”, dijo el presidente del IPC, el brasileño Andrew Parsons.
De esta forma se esfumaron los sueños de otros atletas rusos que desde la ocupación de Ucrania han sido execrados del panorama deportivo mundial. Tras las primeras bombas en Ucrania ninguna federación quiere saber nada de los deportistas rusos.
Te puede interesar:McDonald’s cierra sus 850 restaurantes en Rusia
El veto generalizado al deporte ruso implica que los atletas de élite quedan fuera de las vitrinas mundiales y además son abandonados por sus patrocinadores. Los expertos consideran que para competir a muy alto nivel y detrás de cada gota de sudor se encuentran las empresas privadas que patrocinan a los atletas.
Por lo general, las compañías de bebidas energéticas y las multinacionales de equipamiento deportivo son las que sufragan los constantes viajes de los atletas y equipos que dedican su vida al entrenamiento.
La empresa transnacional Adidas fue la última que le dio la espalda al deporte ruso y se sumó a la ruptura de contratos de patrocinio. La famosa compañía de las tres rayas rompió su contrato con la selección de fútbol de Rusia.
“Adidas suspende con efecto inmediato su acuerdo con la Federación Rusa de Fútbol”, declaró a través de un comunicado la multinacional que desde hacía dos décadas esponsorizaba y aportaba material a la oncena rusa. Los expertos sostienen que del clamor por las sanciones se ha pasado a una especie de rusofobia universal.
Por si fuera poco, las zapatillas y la línea de ropa de Nike ya no están disponibles en Rusia. El gigante estadounidense de moda y equipamiento deportivo paralizó la venta online de sus productos. Las grandes marcas se niegan a patrocinar a los jugadores que son rechazados por culpa de Putin.
Te puede interesar:¡Escándalo global! La FIFA echó a Rusia del Mundial de Qatar 2022
A pesar de la lluvia de sanciones que afecta sus bolsillos y ametralla sus sueños, pocos deportistas rusos se han pronunciado contra la invasión. Sin embargo, algunos han reaccionado y solicitado paz, pero sin atreverse a criticar a Putin.
Mientras tanto, el Comité Olímpico Internacional (COI) recomienda a las federaciones deportivas abstenerse de invitar a los atletas rusos a las competiciones internacionales.