Adele estuvo cinco años en silencio. Ahora, la cantante británica habla de su angustia, de su divorcio, de su terapia y de su pérdida de peso en una entrevista-confesión publicada antes del lanzamiento de su nuevo álbum «30». Adele no había ofrecido ninguna entrevista desde 2016.
Ahora firma su gran regreso en una doble entrevista con las ediciones británica y estadounidense de Vogue.
«Tengo que prepararme para volver a ser famosa, cosa que, como todo el mundo sabe, no me gusta ser», confesó.
En ella, esta londinense residente de Los Ángeles habla de las dificultades que la asaltaron al cumplir la treintena y que ayudaron a dar forma a nuevo álbum, cuya la fecha de lanzamiento se desconoce todavía.
«A los 30, mi vida se desmoronó sin previo aviso», explica Adele, de 33 años. «Siento que este álbum trata de la autodestrucción y de la autorreflexión y la autorredención».
También recuerda la ruptura con su marido Simon Konecki, fundador de una organización benéfica, del que se separó en abril de 2019. La relación «ya no me convenía (…) no fui infeliz, pero lo habría sido si no hubiera pensado primero en mí».
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Este nuevo disco muy personal nació precisamente para responder a las numerosas preguntas de su hijo Angelo, que pronto cumplirá 9 años, sobre este divorcio y la herida que le causó.
«Mi hijo tiene muchas preguntas. Preguntas realmente buenas, preguntas realmente inocentes, para las que no tengo respuesta», como «¿por qué no pueden vivir juntos?».
«Simplemente sentí que quería explicarle, con este álbum, para cuando sea mayor, quién soy y por qué elegí voluntariamente desmantelar toda su vida en busca de mi propia felicidad», añadió.
Propensa a la ansiedad, Adele asegura haber encontrado alivio gracias a «mucha terapia» y a la meditación.
Su salvación también vino de la mano del deporte: se hizo adicta a él, cuenta, y practicando ejercicio «dos o tres veces al día» se deshizo de unos 45 kilos. «Nunca se trató de perder peso, sino de ponerme fuerte y alejarme lo más posible del teléfono cada día».