Distintas instituciones y organizaciones de los Estados Unidos llevan más de un trienio tratando de dar con un misterioso número que corresponda a una media real en cuanto al número de indocumentados que existen en el país.
Una coalición que trabaja bajo principios de cooperación y con la tonalidad de ser garantes para la paz y el desarrollo de los llegados a estas latitudes como es el centro de estudios Pew, reveló en un estudio reciente que en 2017 había en el país 10,5 millones de indocumentados, de los cuales unos 4,9 millones son mexicanos.
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Para 2015, el centro indicó que había cerca de 11 millones de indocumentados en el país, un millón menos que la cifra oficial del DHS para ese año y muy lejos de los 22 de MIT que citó Cuccinelli y más aún de los 30 con los que se aventuró Trump.
Y es precisamente que en los últimos días, el jefe del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), Ken Cuccinelli, rechazó esa cifra oficial. En una entrevista con Christian Science Monitor prefirió referirse a un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de septiembre de 2018, que sugiere que en Estados Unidos hay 22,1 millones de indocumentados.
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No obstante en la competencia por el “guarismo real” siempre ha estado Donald Trump, que para él la cifra es de 30 millones de ilegales, número que sus duras políticas migratorias y por eso intentó infructuosamente incluir una pregunta sobre la ciudadanía en el censo de 2020.
Bien sea para ayudar o para eliminar la indeseable, los Estados Unidos tiene un problema político con su legislación de inmigranción, que es la base de todo este problema que lejos está de solucionarse.