Las disputas territoriales por el control del tráfico de drogas y los efectos que los estupefacientes causan en las personas con personalidad delictiva son parte de la receta con la que se ha creado la espiral de violencia armada que tiene a Filadelfia arrinconada.
Es una causa recurrente que las drogas y las represalias estén implicadas en el aumento de los tiroteos, bien sea en Filadelfia o en cualquier lugar del mundo donde la impunidad sistémica o política haga que la justicia no se vea representada con acciones.
En un trabajo periodístico redactado por Kristen Johanson, parte del staff de KYW Newsradio, se advierte que al menos 36 personas fueron abaleadas en los ya “sangrientos fines de semana” que se hacen cotidianos en algunas zonas postales de Filadelfia.
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De acuerdo al reporte la periodista Johanson, quien es especialista en la cobertura de crímenes en la ciudad y sus alrededores, juicios en tribunales federales y de Filadelfia, y cocreadora/productora del podcast “Gone Cold KYW”, ocho de esas víctimas eran adolescentes, entre 16 y 19 años. Otras cuatro víctimas están muertas, incluyendo una de 17 años, sumándose al número récord de homicidios en la ciudad en lo que va del año.
Una voz informada
En la nota editorial de Kristen Johanson está la declaración de Joel Dales, el Comisionado Adjunto de Filadelfia, quien dijo que las discusiones, las represalias y las drogas son las principales razones de la afluencia de tiroteos.
“En algunas partes de la ciudad, estoy notando un aumento de los problemas relacionados con los narcóticos, como la lucha por el territorio de la droga, y también la violencia de las pandillas en algunas partes de la ciudad”, dijo.
A veces, es tan pequeño como un comentario en los medios de comunicación social que lleva a un tiroteo, dicen las autoridades.
A dónde van las balas
Alrededor del 60% de las víctimas son hombres afro de entre 18 y 34 años. El segundo grupo demográfico más común incluye a hombres negros entre 25 y 34 años.
Dales dijo que los oficiales están siendo desplegados en áreas altamente violentas, pero eso no siempre disuade los disparos.
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“He visto muchos vídeos en los que los agentes de policía llegan en cuestión de segundos después de que se haya producido el tiroteo, y también ha habido ocasiones en las que la policía pasa por el mismo lugar donde se produce el tiroteo tan pronto como un agente de policía se marcha”, señaló Dales, que dirige las operaciones de patrullaje del departamento.