El “guerrero conservador” apadrinado por el presidente, Donald Trump, Ron DeSantis se aferró a la gobernación de Florida al tomar la delantera en una ajustada lucha contra los votos demócratas.
Andrew Gillum, que deseaba hacer historia como el primer afroamericano en la gobernación del “estado soleado” y respaldado por el expresidente Barack Obama, reconoció la derrota.
“Lamento mucho no haber podido ganar para ustedes, pero la lucha continua”, dijo Gillum en la capital del estado, Tallahassee, de donde es su alcalde, al aceptar una derrota que los últimos sondeos no previeron.
Desde Orlando, DeSantis dijo que “la voz de la gente es lo que se escucha” en las elecciones y él sabía que el programa de su oponente no iba a funcionar.
No desaprovechó la oportunidad para acentuar el proselitismo y prometió que mantendrá los impuestos bajos y Florida como un estado abierto a los negocios y la inversión.
El segundo cargo más importante en Florida de los incluidos en esta elección, el puesto en el Senado del demócrata Bill Nelson, sigue sin definirse a falta de un 1% de los votos por escrutar.
El gobernador saliente de Florida, Rick Scott, el competidor de Nelson, le lleva poco más de 55 mil votos de ventaja, una diferencia que puede estar por debajo de los 0,50 puntos, lo que significa que, según la ley floridana, deben contarse de nuevo los votos.
Nelson, que tiene 3.993.722 votos, frente a 4.049.150 de Scott, no se ha pronunciado y el gobernador, sin proclamarse ganador, ha dicho ante sus seguidores que está seguro de que irá a Washington.
Gustavo Rízquez.