Desde la instancia del Ministerio de Comercio chino abona el terreno en pro de un “face to face” que derive en la firma de un acuerdo que ponga fin a la guerra comercial que de manera enconada han desatado estas dos súper potencias.
El último estadio de esta pugna fue el armisticio de 90 días que el pasado 1° de diciembre pactaron los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Donald Trump, durante una cena celebrada en el marco de la cumbre del G20, en Buenos Aires.
Representantes de ambas naciones planifican una reunión para la que están fraguando una agenda para el próximo mes de enero.
Gao Feng, portavoz del Ministerio, durante rueda de prensa confirmó en Pekín que las dos partes están ultimando los detalles de esta reunión, pero no dio más precisiones al respecto.
“Ambas naciones han realizado preparativos específicos para mantener consultas cara a cara en enero, además de las intensas consultas telefónicas que se llevan manteniendo”, dijo Gao.
El funcionario precisó que ambos países han mantenido un “contacto cercano” sobre el tema incluso durante las fiestas navideñas.
China mantiene en la relatoría de sus movimientos que los días 19 y 24 de diciembre se realizaron llamadas a nivel de viceministros; en la segunda de ellas, los representantes chinos y estadounidenses mantuvieron un “profundo intercambio de opiniones” sobre el desequilibrio comercial y la protección de la propiedad intelectual.
China, desde el momento del armisticio sellado en Buenos Aires, ha adoptado varias medidas de buena voluntad como la bajada de aranceles a los vehículos importados de Estados Unidos o la reanudación de la compra de soja de ese país o la presentación de un proyecto de ley para prohibir la transferencia forzada de tecnología.
Trump también ha dado muestras de respeto y suspendió temporalmente el aumento de 10% al 25% de los aranceles a productos chinos valorados en 200 mil millones de dólares, aunque advirtió que seguiría adelante con su plan si no se cierra un acuerdo comercial antes de que expire el citado plazo de 90 días.
Un punto que puede llevar a un enlentecimiento los procesos de diálogo podría ser el conflicto diplomático surgido de la detención de la directora financiera de la tecnológica china Huawei, Meng Wanzhou, quien fue arrestada en Canadá a petición de Estados Unidos y acusada de violar las sanciones económicas a Irán.
Esta será una oportunidad para que ambas naciones muestren sus niveles de pragmatismos y esquiven obstáculos en nombre de un equilibrio comercial que impactaría positivamente en ambos pueblos.