Gustavo Rízquez/El Sol Latino.- El precio oficial de Canopy Group en NASDAQ, la segunda bolsa de valores automatizada y electrónica más grande de los Estados Unidos, se encuentra encumbrado. La decisión de Canadá de legalizar el consumo recreativo de cannabis ha disparado el precio de las acciones. Se trata de un contrato nupcial entre el Estado y el consumo, un matrimonio arreglado que centra sus intereses en lo crematístico.
El Estado canadiense ha visto este asunto en términos económicos, sin dejar de ponderar el uso medicinal de las flores hembras portadoras de THC. Pero para Montreal los datos son simples: Según un estudio oficial, 4,9 millones de canadienses gastaron en 2017 unos 4 mil 400 millones de dólares estadounidenses en cannabis. De esta cifra, solo 570 millones de dólares se emplearon en la compra de marihuana para usos medicinales, algo que es legal en el país.
En términos prácticos los canadienses se fumaron más de lo que tienen en reservas internacionales declaradas países como Ecuador, El Salvador, Honduras o Nicaragua.
Existe un montón de dinero que no está pechado por el fisco canadiense. Hay sumas astronómicas que pueden dedicarse a fines vinculados con el desarrollo social y la calidad de vida del país, hechos que han sido notados por la administración del primer ministro Justin Trudeau, quien el 19 de octubre firmará la legalización del cannabis en Canadá.
La pionera Cannopy Growth no está sola como la hoja de maple en la bandera canadiense. En las labores de producción de cannabis sativa la escoltan compañías como Aurora Cannabis y Tilray, empresas que estiman un mercado capitalizable de US$51 mil millones de dólares.
Canadá marcará un hito al ser el primer país industrializado en dar este paso. En los Estados Unidos, Colorado, en enero de 2014 abrió las puertas al consumo recreativo y en Suramérica, Uruguay lo hizo en julio de 2017, sin embargo en 2013 ya el parlamento charrúa había sancionado lo que se conoce como la “Ley de la marihuana”.
En otros países y por diversas razones, el consumo de cannabis no es ilegal. En Corea del Norte, región del mundo donde ni el opio es considerado droga, por lo tanto la producción y venta de ganja “es normal”.
En Holanda se hacen de la vista gorda. El Estado impone severas sanciones al consumo, sin embargo los Países Bajos son afamados por sus “Coffe Shops”, que desde la década de 1970 se dedican a la venta de “porros”, acción comercial que es todo un atractivo turístico.
En Europa el primer país en despenalizar al cannabis fue Portugal. Definitivamente lo licenció parlamentariamente primero que ninguna otra nación. Sin embargo hay países donde mientras se haga en privado, no se comercialice, ni produzca perturbaciones, el encender un “cigarrillo” no escandalizará a nadie, con esto se denota a Bélgica, Suiza, Chile y Argentina.
Entre otros matices, está el debate de reputación en el que recientemente se vio involucrado The Coca-Cola Company, que tuvo la necesidad de desmentir especies que aseguraban que en alianza con la canadiense Aurora Cannabis, desarrollaría bebidas a base de cannabidiol (CBD). Coca-Cola dijo al público que “junto con muchos otros en la industria, estamos observando de cerca el crecimiento del CBD no psicoactivo como un ingrediente para las bebidas”.
Desde luego The Coca-Cola Company entró en el espiral del rumor por sus” acciones”. El pasado marzo la firma anunció que lanzaría en Japón el primer refresco con alcohol de su historia.