El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, utilizó por primera vez la tribuna de las Naciones Unidas donde reiteró sus quejas por la “exageración” y la “manipulación” en torno a los recientes incendios en la Amazonía y también para expresar una dura condena al socialismo, que encarnó en Cuba y Venezuela.
“La Amazonía no está siendo devastada ni consumida por el fuego como dice mentirosamente la prensa”, aseguró el Jefe de Estado carioca en el primer discurso del martes 24 de septiembre, ante la Asamblea General de la ONU. Además, “es una falacia decir que la Amazonia es un patrimonio de la humanidad” o representa “los pulmones de la Tierra”, insistió el mandatario brasileño.
Bolsonaro deploró también que “otro país” basado en “las mentiras de la prensa internacional, se portó de forma irrespetuosa y colonialista, atacando nuestra soberanía”, en clara alusión Francia y su presidente Emmanuel Macron.
Aunque no lo citó expresamente, se refirió al presidente galo, quien alarmado por los incendios llegó a pedir una intervención del G7 para ayudar a controlar las llamas.
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Bolsonaro reiteró que “la Amazonía (brasileña) es mayor que toda Europa occidental” y que en más de un 60 % está “preservada”, por lo que su Gobierno “no acepta” que otro país diga qué se debe hacer para conservar ese bioma.
El presidente brasileño, un escéptico sobre el cambio climático que defiende la explotación comercial en reservas ambientales e indígenas, intenta convencer al mundo de que tiene bajo control la situación en la Amazonía.
#Bolsonaro: "Es una falacia decir que la #Amazonia es patrimonio mundial y el pulmón del mundo" 👇 pic.twitter.com/UCUeFlkSdN
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) September 24, 2019
Pero la deforestación se duplicó en la primera mitad del presente año, afectando a una superficie equivalente a 640 mil canchas de fútbol. Los incendios, provocados en su mayoría por ganaderos y madereros, casi se triplicaron en agosto en relación con el año anterior, afectando a varios países amazónicos y provocando una crisis internacional.
Bolsonaro también se esforzó en presentar a un “nuevo Brasil”, abierto al mundo y al sector privado, en contraposición al modelo “socialista”.
El “socialismo”, según Bolsonaro, llevó a Brasil “a una situación de corrupción generalizada” y propició “ataques ininterrumpidos a los valores religiosos” respaldados por el Foro de Sao Paulo, que reúne a partidos de la izquierda de América Latina.
También hizo alusión a los 10 mil médicos cubanos que, hasta fines del año pasado, operaban en Brasil mediante planes de cooperación firmados por Gobiernos anteriores y que La Habana decidió retirar tras las críticas de Bolsonaro a sus autoridades.
Aseguró que Brasil “dejó de contribuir con la dictadura cubana”, a la cual aseguró que los gobiernos anteriores enviaban “300 millones de dólares anuales” mediante esos programas de cooperación.
Afirmó que hoy unos “60 mil cubanos” están en Venezuela y actúan en las áreas de “inteligencia y defensa” para mantener en el poder a una “dictadura” que ha implantado en ese país que “antes ya fue tan próspero”, la “barbarie del socialismo”.
El presidente brasileño destacó el esfuerzo de su país por acoger a los miles de venezolanos que han llegado en busca de una nueva vida y dijo que su Gobierno seguirá “trabajando para que la democracia sea restablecida en Venezuela” y para “que otros países de la región no experimenten ese nefasto régimen del socialismo”.