Las gaviotas en Ocean City podían ser precursores de fobias para los niños con respecto a la playa. Estos charranes son capaces de acosar a los bañistas para robarles un trozo de comida. Emiten un sonido llamado “ásperas” que suele ser aterrorizante para los más pequeños. Sin embargo se ha encontrado una solución. Aves de rapiña cuidan a los bañistas en Ocean City.
El servicio de estos halcones y un búho real coloca a raya a las gaviotas. Ellas team alado patrulla los lugares donde está la gente y aleja a las cleptoparasitarias. Es un método de control natural. Las gaviotas son ahuyentadas. Las aves de rapiña limpian los cielos para que los bañistas disfruten del mar. Como premio los cetreros dan a sus rapaces carne de codorniz cada vez re retornan de un patrullaje.
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Según P. Kenneth Burns de WYHH este es el cuarto año consecutivo que los bañistas son protegidos con técnicas de cetrería. Recurrieron en la costa de Jersey a las aves de presa para proteger a la gente de las gaviotas.
Aves de rapiña en el litoral
Erik Swanson, propietario de East Coast Falcons dijo que “había gaviotas agresivas que inundaban el paseo marítimo”. “Atacaban a la gente, atacaban su comida y molestaban a los niños pequeños”. La empresa tiene sede Lodi.
Swanson dijo que estaban acostumbrados a trabajar en aeropuertos e instalaciones militares. Después de ver el problema en el paseo marítimo de primera mano, decidió que su empresa debía colaborar. La Ciudad requería ayuda para atajar el problema. Añadió que era importante que los niños pequeños no salieran odiando la playa. “Esta es su etapa joven para disfrutar de la playa y familiarizarse con ella y amarla”, dijo Swanson. Su servicio de aves de rapiña era una opción.
Beachwatch emplumados
En el team de los “beachwatch” emplumados hay cuatro “halcones de Harris” que la empresa ha traído al paseo marítimo. Pertenecen a la familia de los parabuteo unicinctus. También hay cinco halcones y un búho real. Tienen el encargo de mantener el paseo marítimo libre de gaviotas. La ciudad de Ocean City pagará 250.000 dólares por la temporada.
Cuando WHYY News visitó el malecón, dos halcones de Harris estaban a punto de empezar un turno. El macho se llama Polo, la hembra aún no tenía nombre. Son dos portentosas aves de rapiña.
“Esperamos a que salgan las personalidades y entonces les damos un nombre”, dijo Ian Turner. Él es un cetrero que vino de Tullahoma, Tennessee, a Nueva Jersey para la temporada de playa.
Por el momento se refiere a ella como “Karen”. En parte, debido a las recomendaciones de la gente. “No es por ofender a ninguna Karen, pero tiene tendencias similares a las de Karen”, se apresura a decir Turner. “Se me han acercado muchas Karens y les encanta ese nombre”.
“Karen” y Polo se deslizan por el paseo marítimo entre las calles 9 y 12 con el objetivo de alejar a las gaviotas de la gente. En esta ocasión era un día con brisa, Turner dijo que disfrutan de las condiciones.
“Las verás cuando empecemos a caminar. Van a empezar a flotar y a divertirse”, señaló Turner.
Un espectáculo animal
Los halcones llamaron la atención al volar desde sus perchas para recibir un regalo de Turner: carne de codorniz.
Cada vez que uno de los halcones se posaba en los brazos de Turner, los asistentes a la playa se detenían a mirar las aves. La ocasión permitía a Turner educar a los reunidos. Algunos niños que estaban nerviosos fueron animados por sus padres o tutores a acercarse. Un niño incluso se hizo una foto con el halcón. Ver las aves en persona fue impresionante para muchos. Las aves de rapiña tienen una actitud intimidante.
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Barbara Bee, una profesora jubilada de Greensburg, Pensilvania, dijo que había leído sobre las aves en el periódico antes de verlas en acción en persona por primera vez este año. “Es fascinante… utilizar la naturaleza para cuidar de la naturaleza”, dijo Bee.