Luis Abinader, el reelecto presidente de República Dominicana, quien logró la victoria en los comicios del pasado domingo 19 de mayo, tendrá que asumir una serie de retos, en su mayoría en materia económica y social.
Se espera que para este año la economía local crezca un 5%, lo que significa el doble que en 2023, y así se consolidaría como una de las de mayor expansión en la región.
Sin embargo, de forma paralela persisten deudas sociales y profundas desigualdades y un sistema sanitario deficiente, a lo que se suma la expansión de la economía informal, mientras que la pobreza monetaria general se sitúa en el 23% y la extrema en el 3,2%.
Una reforma fiscal está pendiente en el país caribeño desde hace varios años, y esta fue una promesa de la primera campaña de Luis Abinader, pero se ha ido posponiendo y algunos economistas locales consideran que este es un buen momento, político y económico, para ponerla en marcha.
En agosto de 2020, inmediatamente al llegar al poder, el propio Abinader presentó un plan de reforma fiscal con nuevos impuestos para afrontar la crisis tras la pandemia, pero inmediatamente lo retiró en atención a las críticas y acabó por descartarlo un año después.
Hace apenas unos días, en una comparecencia en el Consejo de la Empresa Privada (Conep), el jefe de Estado, quien en los comicios del domingo logró casi el 58% de los votos, reconoció que en el país hay “muchas reformas pendientes” y citó, entre estas, la fiscal y la del sistema de seguridad social.
También hizo referencia a la reforma, que ya está en marcha, para transformar la Policía Nacional, una de las instituciones más cuestionadas del país.
El economista de 56 años representante del Partido Revolucionario Moderno (PRM), dijo ante los empresarios del Conep que en los próximos cuatro años “tenemos un gran reto, casi una única oportunidad, de hacer las grandes reformas a favor del pueblo dominicano”.
Prometió que discutirían todas las reformas hasta lograr un consenso con las demás fuerzas políticas.
De acuerdo con el Jefe de Estado que asumirá su segundo periodo el 16 de agosto, luego de superar lo peor de la crisis derivada de la pandemia del COVID-19, Republica Dominicana está preparada para afrontar posibles eventualidades, locales o foráneas.
En su presentación en el Conep, el mandatario se mostró, y así lo manifestó, muy optimista del momento que vive República Dominicana, pero aclaró que esto “no quiere decir que no vamos a tener dificultades”, pero “estamos preparados para enfrentarlas”.
Abinader dijo que estos cuatro años “han sido de grandes retos”, pero el país “ha ido avanzando”. En este cuatrienio República Dominicana ha roto marcas en sectores estratégicos como el turismo, su principal fuente de divisas, o la inversión extranjera directa, pero también en las remesas, otro de los pilares de la economía nacional.
Pese al buen desempeño económico, organismos internacionales destacan que el país no ha logrado generar empleos de calidad y propone mejorar el acceso a bienes y servicios básicos de calidad como la educación, la salud, agua y electricidad.
La lucha contra la corrupción y la inseguridad también están entre los temas que deberá enfrentar Abinader en los próximos cuatro años.
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Aunque ha habido avances en la lucha contra la corrupción a raíz del gran movimiento de combate contra ese flagelo que se produjo entre 2017 y 2019, continúa la demora en los procesos judiciales de acuerdo con el último Índice de Percepción de la Corrupción (IPC).
Dicho informe advierte además sobre casos que han caído en la impunidad a causa de la demora. Otro tema de vital interés es la inseguridad ciudadana, que junto al costo de la vida y el desempleo, siguen presentes entre los principales problemas de los dominicanos, según indican varias encuestas.