Mientras sobre la plataforma de Facebook millones de personas comentan y hacen chistes sobre el amago que resultó ser el “asalto al Área 51”, muchísimas personas más alrededor del paneta apostaban que la “soul cuckoo” estadounidense se impondría.
Esta es una historia donde hasta la fecha no hay arrestos, perturbaciones del orden público ni excesos, solo habla de centenares de personas que llegaron desde el jueves en la noche al pueblo de Rachel en el Condado de Lincoln, Nevada, donde hasta el próximo domingo se llevará a cabo una serie de conciertos.
Puedes leer: Gobierno de Trump difirió deportación de inmigrantes indocumentados enfermos
La convocatoria sobre el “asalto” fue lanzada por Matty Roberts, un ciudadano de California, quien dijo que todo comenzó como una “broma”, pero “prosperó totalmente, de la nada”. “Es bastante loco”, expresó.
Para el día 20 de este mes ya son 2,1 millones de personas las que han anunciado su presencia, lo que ha encendido las alarmas entre las autoridades estadounidenses.
Hoy Rachel exhibe un pequeño campamento junto al único negocio abierto al público, el motel y restaurante Little A’Le’Inn, de temática extraterrestre. Y han aparcado sus coches, caravanas y tiendas de campaña. Algunos turistas han colgado alienígenas inflables de sus caravanas.
Puedes leer: Anunció Colt: Rifles AR-15 dejarán de producirse para el mercado civil
Unas decenas de entusiastas se pararon frente a la valla de acceso a las instalaciones militares y en el área pública se contaba con vigilancia policial. Los uniformados que fueron captados por las cámaras de los socialité se mostraron de buen humor y no intervinieron en las ocurrencias de los presentes que disfrazados, con banderas y portando pancartas, solicitaban que se liberara a los alienígenas que supuestamente están ocultos en la Base Aérea, entre ellos a E.T.
Roberts, el convocante original del “asalto”, se asoció posteriormente con Connie West, copropietaria de Little A’Le’Inn, para organizar un festival de música en Rachel llamado Alienstock. A principios de septiembre, sin embargo, Roberts se desvinculó del proyecto, diciendo que estaba mal organizado y que podía generar problemas de seguridad, en cambio, ayudó a organizar una alternativa, celebrada en la noche del jueves en Las Vegas. West dijo que el evento en Rachel continuaría según lo planeado.
En la víspera, el evento y su magnitud esperada, preocupan a los oficiales locales que solicitaron apoyo para el control de multitudes.
De acuerdo a un medio local un residente de Rachel, Joerg Arnu, dijo que “nos estamos preparando para lo peor”, y refirió que tiene instalados letreros que rezan “No Traspasar” en su propiedad que también advierten de que cualquier intruso será arrestado y multado con 1.000 dólares.
Según dijo a la agencia, los vecinos locales incluso organizaron vigilancia nocturna y se comunican por las radios para averiguar si tras la llegada de los visitantes queda suficiente alimentos, agua y botes de basura.
Otros detalles del gran evento en desarrollo hacen referencia a que en la zona pública cercana a la entrada del Área 51, ya se encuentran instalados tiendas de recuerdos, cafés y moteles temáticos, así como un escenario para festivales de música.
Además desde hace tiempo se conoció que una compañía de cerveza produjo latas con temática alienígena y un burdel en Nevada anunció descuentos para los “entusiastas de lo extraterrestre”.
Autoridades locales esperan la llegada de entre 35.000 y 40.000 personas en las próximas horas. Esto no quiere decir que haya infraestructura adecuada para recibirlos. Después de todo, no hay suficientes cuartos de hotel en la zona.
A manera de colofón, se señala que el atractivo del evento y la motivación que tienen los que han aceptada la invitación, está en que la base militar conocida como Área 51 estuvo envuelta en secretismo durante décadas. Su fama la avivó la teoría conspirativa de que albergaba los restos de un platillo volador y los cuerpos de su tripulación alienígena, víctimas del choque de un vuelo no identificado en Roswell, Nuevo México, en 1947.
El Gobierno de Estados Unidos no confirmó la existencia de la base hasta 2013, cuando se publicaron archivos de la CIA que decían que la base se utilizó para probar aviones espía.