A partir de las 8:00 de la noche de este sábado 20 de marzo las autoridades de Miami Beach dictaminaron toque de queda. A la misma hora cerraron los viaductos de acceso a esta turística ciudad floridana debido a las incontrolables masas humanas que se han registrado durante el receso universitario del Spring Break.
La medida de emergencia se asume justo en la misma fecha en la que en Florida se registró la cifra de más de dos millones de casos de COVID-19, lo que hace permanecer al estado en el tercer lugar en el país con mayor incidencia de la enfermedad.
Quedó prohibida la circulación de persona a partir de la 8:00 de la noche en el área de South Beach, en la zona sur de Miami Beach, donde en los últimas semanas se han registrado desordenes, detenciones y otros desmanes, y los establecimientos como restaurantes y bares deberán cerrar a esa mismas hora según anunció este mismo sábado el gobierno del alcalde Dan Gelber.
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Durante las noches las autoridades condales cerrarán también el acceso a Miami Beach a través de los viaductos Julia Tuttle, MacArthur y Venetian que son las tres principales vías que conectan Miami con el sur de Miami Beach y solamente será permitido el paso a residentes y personal de emergencia.
Las referidas disposiciones estarán vigentes durante tres días según anunció el alcalde Gelber en conferencia de prensa, pero otras autoridades han recomendado que se extienda.
Durante las caóticas fiestas que en la última semana dejaron saldo de un joven muerto por heridas de bala, se contabilizaron más de 900 arrestos, unos 300 de ellos por delitos graves, además del decomiso de innumerables armas de fuego.
Desde hace semanas en los bulevares aledaños a las playas son frecuentes las escenas de jóvenes con botellas de licor en bolsas de papel, los bailes indecentes encima de los automóviles y la ausencia absoluta de mascarillas y distancia social entre personas desde tempranas horas de la mañana, mientras la violencia domina en las noches.
Los desordenes han sido de tal magnitud que la Policía de Miami Beach ha tenido que utilizar gas pimienta para deshacer las multitudes.
El alcalde Gelber mencionó que la situación es más controlable durante el día, pero que las noches son problemáticas. “Se siente como un concierto de rock en todas partes”, lamentó.
El regidor de Miami Beach ha planteado que la solución a esta situación es cambiar la naturaleza del lugar de un distrito de entretenimiento a uno cultural por su belleza y arquitectura art deco y dijo que para eso no se necesitan “145 bares que estén abiertos hasta las 5:00 de la mañana”.
El condado de Miami-Dade, donde se ubica Miami Beach, es el más afectado por la pandemia en Florida con más 5.700 muertos.
El icónico Clevelander South Beach Hotel and Bar en Miami Beach, anunció el cierre temporal el viernes 19 de marzo por considerar que la ciudad no ha podido controlar la masas y no quiere poner en riesgo de contagio por COVID-19 a sus empleados, ni la estructura del lugar que ha sufrido destrozos en los últimos días.
La televisión local ha mostrado imágenes de los daños causados al bar ubicado en la popular avenida South Beach, el área donde en las últimas semanas se han presentado desmanes y forcejeos entre policías y jóvenes estudiantes.
La administración del Clevelander ha dicho que no puede someter a sus empleados del bar y restaurante a la indisciplina y agresión de los clientes que no respetan la distancia social ni llevan mascarillas.
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Dijeron además que el hotel seguirá operando pero el servicio de comidas y bebidas fue suspendido hasta el miércoles 24 de marzo para evitar los fines de semana que es cuando empeora la situación, pero la medida sería extendido si persiste el descontrol.
Las fiestas se han extendido por todo el condado con reuniones ilegales en viviendas de áreas residenciales que se promocionan por la redes sociales con provocativas fotos, sin detallar la dirección del lugar para evitar la presencia policial.
Sin embargo las autoridades han intervenido en decenas de ellas por llamados de los vecinos sometidos a la algarabía y el desorden de innumerables estudiantes que llegan con licor, incluso a casas que están desocupadas y en venta según denunció una investigación del canal 7News de Miami.