El Órgano de Solución de Diferencias de la Organización Mundial de Comercio (WTO por sus siglas en inglés) tiene bastante qué hacer después de que Trump, de forma unilateral, colocara a la empresa de telecomunicaciones china Huawei en una lista negra.
Muchos analistas creen que la decisión del Jefe de la Casa Blanca es una solapada medida proteccionista para los intereses de la industria de telecomunicaciones estadounidenses que en comparación con Asia se encuentra rezagada en el desarrollo de redes 5G y las tecnologías que le rodean.
De acuerdo a voceros de la industria, “restringir a Huawei la posibilidad de hacer negocios en Estados Unidos no hará más seguro o más fuerte a este país; en su lugar, sólo servirá para limitar a Estados Unidos a alternativas inferiores y más costosas”.
Frente a los hechos el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Lu Kang afirmó categórico que “nadie ve este movimiento como constructivo o amistoso” y urgió a Estados Unidos “a cesar de usar estas prácticas”, dijo en rueda de prensa.
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El mandatario estadounidense acudió a una orden Ejecutiva, bajo el sino de la “emergencia nacional” para prohibir a las compañías del país usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas que supuestamente intentan espiar a EE.UU., como Huawei.
La orden ejecutiva no impone automáticamente restricciones a la compra de equipos de telecomunicaciones, pero da al secretario de Comercio, Wilbur Ross, 150 días para establecer qué compañías deben estar sujetas a nuevas limitaciones por suponer un peligro para la seguridad de EE.UU..
En concreto, Trump expresó en la orden ejecutiva preocupación por la posibilidad de que compañías extranjeras usen su acceso a empresas de EE.UU. para robarles datos o sabotear servicios esenciales para el funcionamiento del país, como podría ser la red de transportes.
Trump proclamó la orden invocando una ley de 1977, que otorga autoridad al presidente para regular el comercio del país en respuesta a una “emergencia nacional”.
Al respecto, el mandatario argumentó que la intromisión de firmas de países rivales en las telecomunicaciones de EE.UU. supone una “emergencia nacional”.
Dichas acusaciones se enmarcan dentro de la campaña estadounidense para impedir que Huawei se haga con el control de las redes 5G, que permiten navegar por Internet con mucha más velocidad y podrían facilitar el desarrollo de vehículos autónomos y técnicas para hacer cirugía por control remoto.
Antecedente de la misma pelea
El magnate neoyorquino electo presidente de los Estados Unidos, en abril pasado ya había evidenciado la debilidad de las empresas de comunicaciones de su país en el desarrollo de tecnologías 5G. “No podemos permitir que ningún otro país supere a EE.UU. en esta poderosa industria del futuro. Estamos liderando por mucho en muchas industrias de este tipo y simplemente no podemos permitir que suceda”, dijo Trump durante un acto en la Casa Blanca.
Voces provenientes de China, Seúl y el Cordón del Sureste de Asia han hecho ver que el ataque de Trump contra Huawei, es solo la muestra pública de la derrota de los Estados Unidos en el marco del desarrollo comercial de estas tecnologías.
Hace casi un mes atrás el Presidente de EE.UU. dijo claramente que “la carrera al 5G es una carrera que Estados Unidos debe ganar y, francamente, es una carrera en la que ya están implicadas nuestras grandes compañías. Les hemos dado el incentivo que necesitan. Es una carrera que vamos a ganar”, añadió.
Sin embargo el contraste entre expectativa y realidad pudo haber dado origen a la reciente Orden Ejecutiva contra Huawei, aseguran analistas.
Respuesta desde Beijing
Lu Kang, portavoz del Ministerio de Exteriores, dijo que China “se opone a los países que crean problemas con el tema de la seguridad nacional como excusa” y aseguró que las empresas extranjeras en el gigante asiático “no tienen de que preocuparse si se encuentran en situación legal”.
“China tomará las medidas que hagan falta para proteger los legítimos derechos e intereses de las empresas chinas”, dijo Lu, antes de añadir que “el Gobierno chino siempre ha requerido a las empresas que operan en el exterior que cumplan con las leyes de los países a los que vayan”.
En esa misma línea, el Ministerio de Comercio del gigante asiático instó hoy a Estados Unidos a “detener el error” de poner en práctica “una orden Ejecutiva que ordena la exclusión de Huawei”.
“Esta orden ejecutiva es un abuso de la seguridad nacional” y supone “sanciones unilaterales de comercio”, afirmó en rueda de prensa el portavoz del Ministerio, Gao Feng.
Asimismo, Gao instó a Estados Unidos a “respetar las reglas del mercado” y proveer un entorno empresarial “transparente e imparcial” para las empresas extranjeras.
La orden ejecutiva de Trump se dirige contra los “adversarios extranjeros” de Estados Unidos, aunque no nombra específicamente a China, país con quien mantiene una agria disputa comercial.
Las negociaciones para poner fin a la misma aún no han roto, tras más de diez rondas de consultas, según ambas partes, pero no tienen visos de resolverse a corto plazo tras la imposición mutua de aranceles y las declaraciones malsonantes de la última semana.
En ese sentido, el portavoz chino de Exteriores indicó hoy con tono conciliador que para llegar a acuerdos hace falta “buena fe, respeto mutuo, igualdad y beneficios para las dos partes”, y que “China, a pesar de las dificultades que está causando Estados Unidos, siempre ha dado lo mejor de sí mismo y ofrecido una actitud positiva”.
Sin embargo, la prensa oficial china arremetió hoy contra su rival y aseguró que Estados Unidos “ignora las leyes y los hechos”, utiliza “tácticas de acoso que no son razonables” y se comporta de forma “arbitraria e irracional, poniendo en peligro las relaciones bilaterales y el crecimiento económico global”, según un editorial publicado hoy por El Diario del Pueblo.