Considerar como objetivos militares a sitios históricos de Irán, que de ser bombardeados solo persigue doblegar la moral de una nación, es una estrategia bélica que transformaría a Trump en un presidente “violador” de múltiples convenios del que los Estados Unidos es signatario.
Esta percepción ha sido puesta sobre la mesa por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), organismo multilateral que más allá de considerar que la barbarie de la guerra ha sido inevitable, por lo menos en el siglo XX se aseguró de proteger bienes culturales frente a una conflagración.
Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, recordó este lunes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que su país se ha comprometido en múltiples convenios internacionales a respetar el patrimonio cultural en caso de conflicto.
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Esta advertencia llega luego de que en un desboque retórico el presidente Donald Trump amenazara a Teherán con destruir a al menos 52 sitios iraníes, si los seguidores de Jameiní o los chiítas toman represalias contra los estadounidenses tras la muerte ordenada por la Casa Blanca del comandante de las Fuerzas Quds, general Qasem Soleimaní
La agencia de la ONU advirtió que algunos de los “blancos” son representativos de la cultura de ese país, y muchos considerados como patrimonios materiales de la humanidad.
De acuerdo a informaciones divulgadas por agencias internacionales Audrey Azoulay se reunió este lunes con el embajador iraní ante la Unesco, Ahmad Jalali, para abordar la situación en Oriente Medio y las amenazas sobre el patrimonio, según un comunicado de la organización.
En ese evento recordó la palabra empeñada por el Estados estadounidenses, que representa a todos los connacionales de esa latitud, debido a que han suscrito, al igual que lo ha hecho Irán las Convenciones de 1954 para la protección de bienes culturales en caso de conflicto y de 1972 para la protección del patrimonio mundial, en la que los países “se comprometen a no tomar deliberadamente ninguna medida susceptible de dañar el patrimonio cultural y natural” en los países signatarios.
Justo allí nace la preocupación de la Unesco, debido a que Donald Trump con su amenaza de ataque, pone en peligro más que vidas, el más sutil de los elementos que nos hacen “humanos”, y bajo la iracundia de la guerra, conmina, presiona e intimida a su enemigo al decir que tiene la capacidad militar para partirle el alma.
También Azoulay señaló que la resolución 2347 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada por unanimidad en 2017, condena los actos de destrucción del patrimonio cultural.
En un mensaje difundido en Twitter, Trump había dicho que si Irán ataca intereses estadounidenses, su país tiene “identificados 52 sitios iraníes, algunos de ellos de muy alto nivel e importantes para Irán y la cultura iraní, y esos objetivos, e Irán mismo, serán golpeados muy rápido y muy fuerte”.
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Pese a ello, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, negó este domingo que la intención del mandatario sea bombardear el patrimonio histórico iraní y aseguró que Washington solo actuará contra Irán al amparo de la ley.
En octubre de 2017, Estados Unidos anunció su retirada de la Unesco al entender que necesita reformarse y que está dominada por una supuesta tendencia antiisraelí.