El pasado 6 de enero la NBA retiró la suspensión que había impuesto a Draymond Green, ala-pívot de los Golden State Warriors, quien se ausentó de la liga desde el 12 de diciembre por conducta violenta.
De acuerdo con la liga, Green “demostró su compromiso de apegar su conducta a los estándares esperados de los jugadores de la NBA durante su suspensión, que comenzó el 14 de diciembre. Además recibe asesoría constante de un especialista, representantes de la liga, de los Warriors y del sindicato de jugadores”.
Los Warriors tienen una foja de 7-5 sin Green que también fue suspendido por cinco partidos en noviembre de 2023, luego de sujetar por el cuello a Rudy Gobert, pívot de Minnesota.
Cuando se aplicó la suspensión más reciente, la liga destacó “el historial de actos antideportivos repetidos” por parte de Green.
El astro de los Warriors, cuatro veces campeón de la NBA, también fue suspendido luego de pisar el pecho de Domantas Sabonis, de Sacramento, en la postemporada anterior.
El verano pasado, luego de llegar a un nuevo convenio por cien millones de dólares con los Warriors, Green perdió casi 1,9 millones de dólares en salario durante la suspensión.
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Es indudable que los Warriors necesitan a Green pues decaen con una foja de 17-18 en esta campaña y están en el décimo lugar de la Conferencia Oeste, apenas dos años después de ganar su título más reciente.
Green ha jugado apenas en 15 partidos, y los Warriors tienen una foja de 10-10 en los partidos que se ha perdido, incluidos dos por un esguince de tobillo y otro por motivos personales.