La pandemia del coronavirus ha traído un efecto tercermundista a los supermercados de la nación: El racionamiento. El robusto abastecimiento de las tiendas de comestibles, una imagen verificable como marca registrada de los Estados Unidos, ha sido lesionado por la COVID-19.
Limitar las cantidades de algunos productos, impronta de las economías en crisis, es otra incomodidad que los estadounidenses tienen que soportar, un país que no está acostumbrado a que le limiten.
Dos docenas de huevos por personas, un par de galones de leche, la misma cantidad de empaques de carnes de cerdo o vacuno, son algunos ejemplos para ilustrar lo que se podría encontrar en las bolsas de los compradores. Desde luego esta no es una imagen nacional, podría ser la verdad en puntos de consumo alejados de los grande centros de producción y distribución de alimentos.
Las compras nerviosas que vaciaron los anaqueles a principios de marzo desaparecieron. Y no se puede apuntar a la escasez por el problema del racionamiento. Los supermercados han reacomodado sus inventarios alineados a los tiempos de reposición y han incluido los datos de frecuencia de compra para medir una racionamiento que desea que haya productos en los anaqueles hasta que regrese la carga de reposición.
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La fuerte demanda llega en un momento de interrupciones en el suministro, ya que los fabricantes de alimentos se adaptan a los dramáticos cambios en los patrones de compra y algunas plantas de procesamiento cierran cuando los trabajadores se enferman. Como resultado, las tiendas restringen las compras para evitar que los artículos desaparezcan de los estantes. Para los compradores, eso puede ser desconcertante.
Un vistazo de Bloomberg
“El racionamiento es una nueva realidad para los compradores que antes no sabía qué elegir”. Así fue abordado el tema por los periodistas Jen Skerritt y Deena Shanker de Bloomberg, quienes revisaron datos como que 49% de los compradores de EE.UU. reportan que su supermercado ha tenido productos fuera de stock, según el seguimiento de la industria al que tuvieron acceso.
Los comunicadores sociales de la empresa especialista en temas económicos con sede en Nueva York, logró en este reportaje la opinión de Heather Garlich, portavoz de la Food Marketing Institute (FMI), una asociación de la industria alimentaria que representa a los minoristas y productores.
De acuerdo al criterio institucional aportado por el representante de la FMI, en general hay suficiente oferta de venta al por menor. En cuanto a los artículos populares, “podrían considerar límites basados en dónde puede estar ubicado el supermercado y cuándo su proveedor o mayoristas pueden conseguirles el producto”, dijo Garlich.
Algunos fabricantes han cambiado su enfoque para hacer más de unos pocos productos básicos, lo que facilita a los minoristas el reabastecimiento de suministros.
Hay comida suficiente
Los operadores políticos con nexos en el ambiente de la elaboración y distribución de alimentos han hecho llamados a la calma. Una voz que ha aportado serenidad frente a la coyuntura es la ex senadora de Dakota del Norte y actual miembro del consejo asesor estratégico de alliantgroup, Heidi Heitkamp.
La político de carrera dijo a Bloomberg que “lo que me llama la atención, en los Estados Unidos, es que estamos tan acostumbrados a caminar por el pasillo de un supermercado y a tener miles de opciones. Ahora bien, eso no es lo que la gente ve en los estantes y es un poco desconcertante. Pero lo que todos deberían agradecer es que se puede entrar en cualquier supermercado de un área metropolitana importante y se puede encontrar comida para comer. Esa es una preocupación de seguridad nacional de importancia crítica”.
En busca de señales
De acuerdo al trabajo elaborado por el medio multiplataforma de la Gran Manzana, en el que también colaboraron los periodista Bryan Gruley, y Derek Decloet, hay señales de que el pánico en las compras está disminuyendo y los compradores están volviendo a patrones más tradicionales. “Las ventas de alimentos empaquetados en EE.UU. aumentaron 24% en la semana finalizada el 4 de abril en comparación con el año anterior, disminuyendo de una ganancia de 32% una semana antes, según datos compilados por Nielsen. Los límites en el número de visitantes por tienda también están afectando las ventas.
Nielsen Holdings Plc es una empresa estadounidense de información, datos y medición. Nielsen opera en más de 100 países y emplea a aproximadamente 44 mil personas en todo el mundo.
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Otro dato interesante encontrado por Bloomberg lo constituye que las ventas de Costco Wholesale Corp. aumentaron en marzo, pero no tanto como se esperaba. Los límites impuestos a sus operaciones para hacer frente a la demanda relacionada con el coronavirus ralentizaron el crecimiento en la última mitad del mes.
Según Sylvain Charlebois, director del Laboratorio de Análisis Agroalimentario de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Nueva Escocia, “la gente ha llegado a aceptar lo que está sucediendo en este momento”.
“Honestamente creo que el racionamiento puede desaparecer en algún momento de las próximas semanas porque las expectativas han cambiado un poco”.
Y mientras los pasillos de la carne permanecen bien abastecidos, la propagación del coronavirus entre los mataderos de Norteamérica está despertando la preocupación de un déficit de carne de cerdo y de res en las tiendas de comestibles. El cierre de las principales plantas de procesamiento de EE.UU., incluyendo el cierre de JBS SA de su planta de cerdo en Worthington, Minnesota, esta semana, significa que más del 10% de la capacidad de sacrificio de cerdos de la nación está abajo.
“Una vez que veamos el impacto de los trabajadores que den positivo en las plantas de empaque, veremos una escasez de carne”, dijo Heidi Heitkamp, el ex senadora.