Nicolás Maduro, gobernante de Venezuela, anunció una segunda extensión al estado de alarma que comenzó el 13 de marzo y que se mantendrá 30 días más hasta el 13 de junio, debido a la pandemia de la COVID-19 que, según cifras oficiales dadas por el régimen, alcanza los 423 casos en el país suramericano, con solo 10 fallecidos.
“Anuncio la renovación del decreto del estado de alarma, hoy 12 de mayo, por 30 días más. Voy a renovar el decreto del estado de alarma por 30 días más para seguir protegiendo a nuestro pueblo“, dijo el mandatario en una reunión con parte de su gabinete en el palacio presidencial de Miraflores.
Según datos oficiales, Venezuela no registra decesos por el nuevo coronavirus desde el 20 de abril, mientras el Gobierno insiste en la necesidad de radicalizar las medidas de protección para evitar rebrotes.
Aunque Maduro no anunció la extensión de la cuarentena nacional que arrancó el 17 de marzo, la primera renovación del estado de alarma decretada a mediados de abril, incluyó 30 días más de confinamiento para toda la población, con posteriores permisos temporales de salida para niños y ancianos.
El mandatario cuestionó la desescalada de la cuarentena que han puesto en marcha varios países, principalmente de Europa, al considerar que la reapertura de bares, discotecas y librerías no es una prioridad para la economía venezolana.
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En el caso venezolano, explicó, se ha permitido la reapertura de panaderías y algunos restaurantes con medidas de seguridad como el distanciamiento entre clientes, el uso de mascarillas y guantes y la entrega de bienes a domicilio.
“Entre cuarentena y producción no hay contradicción”, reiteró el mandatario que llamó a no caer en “estupideces”, en alusión a las medidas de desconfinamiento dictadas por otros países.
El Ejecutivo pregona que la cuarentena venezolana es voluntaria, pero los cuerpos de seguridad han arrestado o amedrentado a numerosas personas que deciden transitar por la vía pública a determinadas horas.
Además, el Gobierno mantiene restringido el tránsito de una región a otra, una medida que se ha visto fortalecida por la escasez de gasolina que afecta al país con las mayores reservas probadas de petróleo.
Desde que la pandemia llegó al territorio venezolano, además de la escasez de combustibles, se han agravado las fallas de servicios públicos como agua, electricidad y gas doméstico.