Por mucho tiempo se creía que la Luna era un astro árido, sin embargo, en 2008 unos investigadores descubrieron moléculas de agua dentro del magma que trajeron a la tierra los astronautas de las misiones Apolo.
Es agua helada, atrapada en el fondo de grandes cráteres que se hallan continuamente a oscuras, cerca de los polos, donde las temperaturas son extremadamente bajas.
Un estudio publicado en Nature Astronomy revela la existencia de una multitud de microcráteres que contienen en el fondo agua helada. Se les llama «trampas frías».
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) confirmó la presencia del líquido en varios cráteres del satélite natural de la Tierra.
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«Aún no sabemos si podemos usarlo como recurso, pero conocer sobre el agua en la Luna es clave para nuestros planes de exploración Artemisa», dijo Jim Bridenstine, el jefe de la NASA.
Hay bastantes misiones a las regiones polares de la Luna programadas para los próximos años. Pero a más largo plazo, hay planes para construir un habitáculo permanente en la superficie lunar.
Jacob Bleacher, de la Dirección de exploración humana de la NASA, dijo que los investigadores aún debían comprender la naturaleza de los depósitos acuosos. Esto les ayudaría a determinar qué tan accesibles serían para los futuros exploradores lunares.
¿De dónde viene el agua?
Probablemente de la caída de asteroides que chocaron contra la Luna hace miles de millones de años.
Lo mismo que se cree que ha ocurrido con la Tierra. Las moléculas de agua expulsadas durante la caída de estos cuerpos habrían caído al fondo de estos cráteres, donde quedaron atrapadas para siempre por el frío.