Doscientos cincuenta millones de dólares como reparación exigió en una demanda el adolescente Nicholas Sandmann, un simpatizante del presidente Donald Trump que se vio involucrado en un marasmo de imágenes, gritos y tras cámaras que lo presentaron como racista.
La nación aún tiene frescas las escenas del 18 de enero en el Monumento a Abraham Lincoln en la ciudad de Washington, donde diversos medios de comunicación tejieron la narración centrada en un supuesta actitud de burla contra algunos aborígenes norteamericanos protagonizada por jóvenes de una escuela católica de Kentucky.
Recientemente se conoció que el joven Sandmann, quien fue el foco de la opinión pública mundial por el vídeo que se tornó viral y que sería la evidencia de racismo contra un indígena, demandó este martes al The Washington Post por “difamación”.
La querella fue interpuesta por “acusaciones falsas y difamatorias”.
De entrada se ha conocido que Nicholas Sandmann, de 16 años, pide 250 millones de dólares al rotativo capitalino por acusarlo falsamente de racismo y de instigar al enfrentamiento, según publicó el mismo The Washington Post.
Sandmann y sus compañeros de una escuela católica masculina del estado de Kentucky participaron en la capital federal en una marcha antiabortista y vestidos con indumentaria proTrump.
El equipo legal que asesora al joven Nicholas Sandmann rechaza en su demanda que se burlara del indígena estadounidense Nathan Phillips, en contra de la versión del suceso que circuló poco después de ese día y que se hizo viral.
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Otro vídeo del suceso mostró días después otra versión de los hechos en los que un grupo de personas que se identifica como miembro de los Hebrew Israelites se burla del grupo de jóvenes católicos y hace comentarios racistas contra los indígenas.
El mismo presidente Donald Trump salió en defensa de Sandmann y sus compañeros, “convertidos” según el presidente “en símbolos de las noticias falsas y lo malvadas que pueden ser”.
La diócesis católica de Covington (Kentucky) elaboró un informe sobre el suceso y dijo que no vio comportamientos racistas en sus escolares.
En su demanda contra el The Washington Post, Sandmann afirma que el rotativo “participó en una forma moderna de macartismo” en su contra para “fomentar su conocida y documentada agenda sesgada contra Trump”.
Acusa al The Washington Post de publicar una serie de artículos falsos y difamatorios “para desprestigiar a un joven que, en su opinión, era una víctima aceptable en su guerra contra el presidente”.
El Post dijo que está estudiando la demanda y que planea ejercer una “fuerte defensa”.