Human Rights Watch (HRW) denunció que las autoridades de Brasil no están dando protección adecuada a los niños venezolanos que llegan a su territorio en solitario huyendo de la crisis en Venezuela.
Según datos de la Defensoría Pública Federal de Brasil, cuyo personal ha entrevistado a niños venezolanos llegados a territorio brasileño del 1 de mayo al 21 de noviembre del presente año, 529 menores venezolanos no acompañados cruzaron la frontera desde Venezuela y entraron en el estado brasileño de Roraima.
Casi el 90 % de los menores tienen edades comprendidas entre los 13 y los 17 años y viajaban solos o con un adulto que no era ni un familiar ni su tutor legal.
“Es muy probable que la cantidad total sea mayor, ya que algunos niños y niñas posiblemente no se detengan en el puesto fronterizo donde los defensores públicos realizan las entrevistas. No existe ningún sistema para dar seguimiento y asistencia a los niños y niñas no acompañados después de la entrevista de ingreso”, advirtió HRW, en un comunicado.
“La emergencia humanitaria está haciendo que niños y niñas abandonen solos Venezuela, en muchos casos para conseguir comida o recibir atención médica”, explicó el investigador senior sobre Brasil de HRW César Muñoz.
Human Rights Watch asegura que algunos niños terminan viviendo en las calles, “donde quedan especialmente vulnerables a sufrir abusos o a ser reclutados por pandillas delictivas brasileñas”. “Sin un tutor legal, no pueden inscribirse en la escuela ni recibir atención médica, indicaron a HRW defensores públicos federales y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)”, explicó la ONG.
Refieren además que los servicios de protección infantil de Roraima, conocidos como consejos tutelares, anteriormente asignaban algunos niños venezolanos no acompañados a albergues estatales, en los que el director actúa como tutor, lo que les permite ir a la escuela y conseguir documentos de identidad con los que pueden acceder al sistema de salud pública.
Sin embargo, los dos albergues públicos para menores que hay en Roraima estaban sobrepoblados y en septiembre un juez dictaminó que no acogieran a más niños, según ha relató HRW.