La guerra comercial con China ya roció con “gas nervioso” al sector de los minoristas estadounidenses, tiene atrincherados a los grandes trust por la incertidumbre y usaría como contramedida general desempleo; además ha colocado a los gremios junto a sus afiliados en retirar del escenario sus favoritismos en pro de una reelección para la Casa Blanca.
Aunque recientemente el presidente Trump dijera que el peso de la Guerra comercial está sobre los hombros de China, los estadounidenses aprecian que el desencuentro está haciendo mella en sus intereses y hay evidencias en estudios de opinión que ya registran en negativo el cómo está haciendo las cosas en veterano Trump en materia económica.
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En un trabajo realizado por The Hill, que analizó con abundancia de datos la Guerra Comercial chinoestadounidense, se tomó en cuenta la frase de soberbio matiz dada por Donald Trump, quien aseguró que no recolocaría la estrategia de presión frente al Gigante Asiático, “porque esa es su manera de negociar.
Conoce a tu adversario
En términos periodísticos The Hill encontró suficientes indicios para titular su trabajo: Las empresas ruegan a Trump mientras el malestar de la guerra comercial se agrava.
Se trata de una serie de exposiciones en la que empresarios de distintos niveles prestan su parecer frente a lo que consideran una ya larga e improductiva Guerra Comercial.
Las empresas estadounidenses dicen que la guerra comercial del presidente Trump con China, que se ha prolongado más de un año, está comenzando a infligir graves daños financieros.
El estilo del magnate en conseguir puntos de presión para hacer que el adversario –en este caso comercial- se reciente y evite el dolor acudiendo a la negociación impuesta por quien inflinge el malestar.
Sin embargo, al parecer de analistas, los verdaderos “expertos en acupuntura y presopuntura” son los chinos, no la actual Casa Blanca.
Las empresas que inicialmente pensaron que podrían capear un golpe financiero menor durante una pelea comercial rápida se han dado cuenta de que probablemente se enfrentan a una guerra comercial prolongada entre las dos economías más grandes del mundo.
Raimundo Díaz, jefe de las Américas en TMF Group, una firma que facilita los negocios transfronterizos, dijo que “cuando se trata de los chinos, su sentido del tiempo es diferente al de los americanos. Están jugando el juego a largo plazo”.
La mera extensión de los aranceles también está afectando a las empresas estadounidenses.
Un vistazo al aquí y al ahora
En la revisión hecha por The Hill, lo que comenzó como una situación preocupante en 2018 se ha convertido en una realidad económica para muchas empresas estadounidenses. Y no se espera que la situación mejore pronto.
“Desde que comenzó la guerra comercial hace más de un año, el impacto ha sido gradual”, dijo Kip Eideberg, Vicepresidente Senior de la Asociación de Fabricantes de Equipos. “Ahora estamos empezando a ver el impacto real.”
La guerra comercial ha alcanzado nuevas cotas en las últimas semanas, cuando China anunció aranceles de represalia a los productos estadounidenses y Trump amenazó con aumentar el nivel de los aranceles actuales y programados.
Según Bethany Aronhalt, portavoz de la Federación Nacional de Minoristas, “estamos llegando a un punto de inflexión en esta guerra comercial en la que los consumidores, trabajadores, agricultores y empresas estadounidenses de todos los tamaños comenzarán a sentir un mayor impacto”, dijo.
“Imaginen a qué se enfrentan las pequeñas empresas que afrontan un impuesto del 30 por ciento el 1 de octubre en este momento. Las pequeñas empresas no pueden absorber ese costo. Algunos pueden incluso ser forzados a cerrar sus puertas.”
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En el mismo tenor un grupo de 200 compañías de calzado, entre ellas Adidas y Foot Locker, escribió en una carta a Trump el miércoles: “esta incertidumbre que la guerra comercial de China ha traído a nuestra industria está sofocando el crecimiento de Estados Unidos y deteniendo la inversión de capital en empleos, infraestructura, tecnologías y precios más competitivos para nuestros clientes”.
Cuando las empresas no pueden predecir con precisión los costes de su cadena de suministro, como es el caso de muchas empresas atrapadas en el fuego cruzado de la guerra comercial, tienden a abstenerse de tomar grandes decisiones financieras.
Sobre este asunto se retomó la opinión de Kip Eideberg, vicepresidente Senior de la Asociación de Fabricantes de Equipos, quien afirmó que “la incertidumbre es un impacto más amplio que afecta a la industria en su conjunto. Es realmente difícil para los fabricantes estadounidenses hacer inversiones en nuevas plantas, nuevas instalaciones y nuevos empleos”
“En algún momento esas decisiones sobre inversiones y contrataciones diferidas se convertirán en decisiones sobre despidos”, dijo Eideberg.
Abandonar la Casa Blanca
La base de la popularidad de Trump como presidente electo en 2016 se soporta en la idea de hacer a América grande de nuevo, sin embargo muchos sectores creen que la premisa no llegará con potencia para ayudar a su reelección de 2020.
Obviando los muchos puntos de su campaña que no ha podido concretar, en el breve lapso que falta para ir a elecciones el tema económico podría afectar la presidencia del neoyorquino.
De acuerdo a evidencias encontradas por The Hill, la prolongada guerra comercial amenaza con debilitar las perspectivas de reelección de Trump, sobre todo porque el presidente ha señalado a menudo las condiciones económicas como una medida de éxito.
Una encuesta de la Universidad de Quinnipiac publicada el miércoles encontró que por primera vez bajo la presidencia de Trump, más votantes dijeron que la economía estaba empeorando.
La encuesta encontró que el 37 por ciento de los votantes dijo que la economía estaba empeorando, mientras que el 31 por ciento dijo que estaba mejorando.
Y aunque los grupos empresariales han instado a Trump a reconsiderar el estancamiento comercial, también están pasando al Plan B: prepararse para lo peor.
“Hemos estado en esta montaña rusa durante algún tiempo. Hemos estado pidiendo repetidamente que nos bajemos, pero estamos limitados a largo plazo”, dijo Eideberg. “¿Cuándo terminará esto?”