Como una respuesta a la situación sanitaria derivada de la pandemia provocada por la COVID-19, que el 26 de abril pasado contabilizó 3.513 nuevos contagios y 66 decesos en Florida, el gobernador Ron DeSantis amplió de inmediato la declaración de estado de emergencia para todos los condados floridanos.
La orden de emergencia expiraba el pasado martes 27 de abril a la medianoche.
Esta declaración de emergencia extiende los poderes del mandatario estatal y suministra a Florida una diversidad de recursos para batallar contra la pandemia del nuevo coronavirus, entre los que destaca la recepción de fondos federales y la autorización para el despliegue de la Guardia Nacional.
DeSantis informó que la orden ejecutiva se mantendrá vigente durante los próximos 60 días y que podría extenderse en atención al “impacto de la COVID-19 que continúa amenazando la salud, seguridad y bienestar del estado de Florida y sus residentes”.
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En el texto de la orden de emergencia el gobernador enfatizó hasta la fecha de la emisión de la misma, Florida registraba más de 8,5 millones de personas vacunadas y que la tasa de desempleo se sitúa en el 4,7 %, un porcentaje muy por debajo del promedio nacional.
El Departamento de Salud del estado reportó hasta el 27 de abril 2.217.368 casos positivos de coronavirus y un total de 34.958 fallecimientos de personas residentes en el estado y otras 688 muertes de no residentes.
Según los registros difundidos en fecha reciente por la Universidad John Hopkins, Estados Unidos registra un total 32.161.109 millones de contagiados y 573.201 muertes de pacientes contagiados con COVID-19, lo que se traduce en las cifras más elevadas a nivel global.
En el estado de Florida se han aplicado aproximadamente de 8,6 millones de primeras dosis de la vacuna y de mono-dosis, así como 5,3 millones de segundas dosis.