Una centrifuga islámica operada por Hizbulá, Multitud Popular, Hamás y Ansuralá está pacientemente asentando un ingrediente secreto que contendrá el frío plato de la venganza que será servido a los Estados Unidos por la muerte del general Qasem Soleimaní, un acto que prometen será un banquete de sangre y que ya tiene 13 posibles escenarios para su degustación.
La paciencia siempre ha sido un arma táctica y en Oriente Medio la mantienen bien aceitada. Estas hostilidades, que de acuerdo a muchos islamistas comenzaron en varios hitos ubicados entre los años 909dc y 1076, se ha mantenido hasta nuestros días con Dios como justificación.
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Alí Shamjaní, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, reveló este martes que tienen identificados “trece escenarios” para su “fuerte venganza” contra Estados Unidos por el asesinato del general Qasem Soleimaní.
“El más débil de los trece escenarios es una pesadilla histórica para Estados Unidos”, advirtió Shamjaní, quien apuntó que “la venganza no incluye solo una operación”.
El funcionario iraní explicó que para sus pretensiones de revancha, cuentan con la voluntad de “todas las fuerzas del Eje de Resistencia “, en alusión al libanés Hizbulá, el iraquí Multitud Popular, el palestino Hamás y el yemení Ansuralá.
Desde Irán se ha revelado que los mejores elementos tácticos están vigilando las distintas bases de EE. UU. en la región y a sus tropas, que las autoridades persas exigen que abandonen Oriente Medio.
“Si las tropas estadounidenses no salen de nuestra región por su propio pie y en posición vertical, haremos que sus cadáveres salgan de modo horizontal”, amenazó Shamjaní.
El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional concluyó que el mensaje de la República Islámica es claro: “EE. UU. ha asesinado a un héroe nacional y no podemos permanecer indiferentes”.
Además, el Parlamento iraní aprobó este martes por unanimidad una moción denominada “dura venganza” que califica al Pentágono y al Ejército de EE.UU. como fuerzas terroristas, lo que allana el camino a la acciones de represalia.
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Soleimaní murió el pasado viernes en un bombardeo selectivo estadounidense en Bagdad en el que también falleció el vicepresidente de la Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes.
Como comandante de la Fuerza Quds, encargada de las operaciones en el extranjero de la Guardia Revolucionaria, estuvo muy presente sobre el terreno en otros países de la región.