Científicos de la Universidad de Pensilvania tuvieron un papel relevante en la obtención de un polímero biodegradable con el que se podrá llevar fármacos a tejidos tumoral y liberar progresivamente tratamientos anti cancerígenos.
No obstante el logro en el diseño del químico, corresponde a científicos de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, quienes junto con los pensilvanos son la portada del último número de la revista “Biomacromolecules” de la Sociedad Americana de Química.
El equipo de laboratoristas estuvo liderado por Gerard Lligadas y Adrián Moreno, dos investigadores del grupo Polímeros Sostenibles de la URV.
Según ha explicado Lligadas, han diseñado una familia de iniciadores hidrofóbicos degradables -los compuestos que permiten iniciar el proceso de polimerización- que permiten obtener polímeros sensibles a uno o varios estímulos biológicamente relevantes.
La utilización de este diseño ha permitido formular en agua partículas de tamaño nanoscópico, que pueden encapsular en su interior pequeñas moléculas y liberarlas después sólo en ambientes ácidos, reductores o bajo irradiación con luz ultravioleta.
Los polímeros biodegradables son un tipo específico de polímero que se descompone después de cumplir su propósito para resultar en subproductos naturales como gases (CO2, N2), agua, biomasa, y sales inorgánicas. Estos polímeros se encuentra tanto naturalmente como fabricados sintéticamente , y en gran parte consisten de grupos funcionales de éster, amida, y éter.
Las nanopartículas se podrían utilizar como vehículos de fármacos antitumorales en el cuerpo humano que liberen sólo su carga en zonas del cuerpo donde el pH es ligeramente ácido – como es el caso de los tejidos cancerosos, ha indicado el investigador, que ha recordado que la liberación controlada de fármacos responde a la necesidad de crear tratamientos menos invasivos y más eficientes en base a medicinas ya existentes.