El volcán Etna en la isla de Sicilia entró nuevamente en erupción tras varios meses de aparente pasividad. La actividad hizo que se abrieran dos fracturas sub terminales en la base del cráter sureste y en la ladera noreste.
El volcán Etna está situado en la costa este de Sicilia, entre las provincias de Mesina y Catania y con una altura de 3.322 metros.
De la cumbre del volcán activo más alto de Europa brotaron dos coladas de lava, hasta el momento poco alimentadas, que recorrieron unos cientos de metros.
El temblor de los conductos magmáticos internos alcanzó valores de medios a altos que actualmente se encuentran en disminución. Aunque el fenómeno va acompañado por una actividad estromboliana (erupciones explosivas separadas por periodos de calma de extensión variable) desde los cráteres principales.
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La situación no ha afectado al aeropuerto de Catania que está operativo a plenitud. En eventos anteriores, a causa de la erupción, esta terminal aérea se ha visto afectado parcialmente originando la demora en la salida de sus vuelos.
“Estamos en el comienzo de una nueva fase eruptiva del Etna”, explicó el director del Instituto Nacional de Geofísica y Volcanología (INGV) en Catania, Eugenio Privitera.
New eruption near the summit of #Etna: two eruptive fissures have opened early on 30 May 2019 on the northeastern and south-southeastern sides of the New Southeast Crater, producing modest Strombolian activity and little lava flows. View from Tremestieri Etneo pic.twitter.com/Htl90nUYbL
— Boris Behncke (@etnaboris) May 30, 2019
El especialista dijo que la actividad podría terminar pronto o durar meses. “Los fenómenos están todos reducidos a la zona de la cumbre del volcán y no constituyen un peligro para los centros habitados y las personas, pero habrá que controlar los flujos de turistas en la zona para su seguridad”, dijo.
Este volcán es catalogado como el más activo de Europa y está sometido a constante vigilancia. En el pasado ha sido responsable de diversos episodios de destrucción.
Su última fase eruptiva se registró en diciembre de 2018 y la última gran erupción ocurrió en el invierno de 2008-2009.
A finales de marzo de este año un estudio publicado en la revista Bulletin of Volcanology reveló que el volcán Etna se desliza muy lentamente hacia el Mediterráneo a un ritmo constante de 14 milímetros por año.
La erupción más violenta de la que se tiene registro ocurrió en 1669 cuando emitió 830 millones de metros cúbicos de lava. El episodio abrió una fisura de nueve kilómetros de largo cerca de la Villa de Nicolosi que fue evacuada y quedó destruida. Se calcula que más de 20 mil personas murieron carbonizadas en la ciudad de Catania en esa erupción.