Durante muchos años, el rol de la mujer en la sociedad tuvo una clara y única orientación a la familia y su hogar. El género femenino se dedicaba a cuidar a sus hijos y al esposo, así como a mantener al día todas las tareas del hogar. En una época no eran muchas las que decidían explorar el mundo de los negocios.
Sin embargo ya en el siglo XXI este panorama cambió de forma radical. Mujeres multitarea que atienden a sus hijos, organizan su casa, llevan una vida social activa, se cuidan y además, deciden montar su propio negocio, son el vivo ejemplo de que es posible encontrar un equilibrio entre ambos roles y ser una madre emprendedora con éxito.
“Mompreneur” es el neologismo que define a este colectivo. En la década pasada, cada vez más mujeres se unieron a la fuerza del emprendimiento femenino. Muchas de ellas además cargaban con el título de madres, convirtiéndose en mompreneurs, es decir, mujeres que dirigen su propio negocio y tienen una familia. Estas mujeres consiguen armonizar ambas tarea con asombrosa dedicación, sacrificio y determinación.
Pero una cosa es cierta, conciliar ambas labores no es una tarea fácil. Por supuesto que ser madre y emprendedora requiere de gran inversión de tiempo, recursos económicos e imaginación, siendo esas mismas cosas las que también esas madres querrán darles de herencia a sus hijos. Pero aunque parezca difícil, no es una misión imposible.
Una vieja historia
No es un secreto que las mujeres fueron subestimadas en algún momento de la historia y hace ya algunos años se pensó que ser madre era sinónimo un trabajo exclusivamente dedicado a los quehaceres del hogar, mientras que el padre era la figura que podía salir al campo laboral y relacionarse en el mundo empresarial.
Hoy la realidad es otra. Las madres han logrado hacerse de un espacio dentro del mercado, consolidando así la figura de mujeres emprendedoras y en Latinoamérica las féminas son ejemplo de iniciativas que han marcado tendencia en el continente y que han posicionado a las madres latinas como emprendedoras.
Ser una mujer emprendedora es sinónimo de ser madre pues el proyecto anhelado se concibe como a otro hijo que con esfuerzo y dedicación va creciendo cada día más.

Madres emprendedoras
Ana Lucía Cepeda, mexicana y psicóloga organizacional detectó un interesante nicho del mercado en el país azteca que no estaba siendo atendido: La modalidad de horarios flexibles. Es por esta razón que creó Bolsa Rosa, una bolsa de trabajo con horarios flexibles enfocada en esas madres mexicanas que tienen el deseo de incursionar en el campo laboral, sin dejar de lado su rol de madre.
Actualmente Bolsa Rosa, cuenta con más de mil vacantes que le permiten a las mujeres emprendedoras ser madres y empresarias. Bolsa Rosa plantea abarcar no sólo México, sino toda la región latinoamericana para estar a la vanguardia del mercado global.
En Chile la Institución de Desarrollo Social denominada Fondo Esperanza tiene como objetivo potenciar el emprendimiento en ese país suramericano. Actualmente está integrada por más de 110 mil emprendedores de los cuales el 85 % son madres.
Hace dos años, en ocasión de la celebración del día de las madres, lanzaron un catálogo virtual que agrupa los mejores trabajos de mujeres emprendedoras chilenas adscritas a esta institución. Entre dichos trabajos se destacaron productos alimenticios, orfebrería y vestidos. Fondo Esperanza invita a los ciudadanos a comprar estos productos novedosos, de buena calidad y con un sentido social.
En Perú si se habla de madres emprendedoras es inevitable mencionar After School Nany, un proyecto liderado por Wuendy Aristi, docente y madre peruana.
Esta iniciativa nació pensando en el problema que enfrentan los padres para poder disfrutar tiempo de calidad con sus hijos sin dejar de lado la gran responsabilidad de los deberes escolares. Aristi a través de su proyecto busca que los niños realicen sus tareas de manera divertida y al mismo tiempo que brinda apoyo en la crianza de los hijos de esos padres que trabajan gran parte del día.