Es un hecho que los republicanos acechan el control del Senado de los EEUU. Un ejemplo está con Cal Cunningham. El candidato demócrata por Carolina del Norte reconoció este martes su derrota en los comicios. Los republicanos suman un escaño más y rozan el control de la Cámara Alta.
Matemáticamente los progresistas todavía pueden hacerse de la mayoría. Sin embargo en términos de pronósticos eso debió suceder con facilidad pasmosa. Lo que actualmente tenemos es un final de fotografía. No obstante este intrigante momento no es la esencia del todo, puesto que muchas carreras azules que se miraban “sobradas” se perdieron. Al igual que algunas diferencias que se oteaban estrechas terminaron en palizas para los progresistas.
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Los republicanos superaron los resultados de las encuestas en las elecciones de 2020. Esto resultó una sorpresa incluso para muchos agentes políticos e investigadores de encuestas republicana.
Acechan el control del Senado
Continuemos con el caso Cunningham. Es un buen ejemplo para ilustrar el porqué los republicanos acechan el control del Senado. Con el 97 % escrutado en Carolina del Norte, Cunningham sumaba un 47 % por el 48,7 % de su rival republicano, el senador Thom Tillis. Se trata de una diferencia de cerca de 100.000 votos que el demócrata ya consideró insalvable.
“Los votantes han hablado y respeto su decisión”, afirmó en un comunicado Cunningham. Dijo que “los resultados de esta elección sugieren que persiste una profunda división política en nuestro estado y país”.
El escaño de Tillis era uno de los objetivos que los demócratas. Los azules partieron con una desventaja de 53 a 47. Se habían preparado para retomar el control de la Cámara Alta. Algo que las encuestas daban por hecho antes de las elecciones.
Sin embargo, los candidatos republicanos obtuvieron mejores resultados de los esperados. Tienen serias posibilidades de mantener ese control que daría muchos dolores de cabeza al presidente electo, Joe Biden.
En el Senado, los demócratas han ganado hasta ahora un escaño. Necesitan tres con una victoria de Biden para tomar la cámara. Los demócratas todavía tienen una oportunidad de hacerlo con dos elecciones de desempate en Georgia. Pero eso se ve como posible, pero no probable.
Con el de Tillis, los republicanos suman 49 escaños por 48 demócratas y tres todavía en juego.
Uno es en Alaska, dónde con el 61 % escrutado el actual senador republicano, Dan Sullivan, saca más de 30 puntos a su rival.
Los otros dos son de Georgia, que irán a segunda vuelta el 5 de enero al no haber alcanzado ningún candidato el 50 %.
Se veía pequeño, pero fue grande
Los republicanos que acechan el control del Senado partieron de lecturas estadísticas que los hacían ganadores con márgenes pírricos. Sin embargo la sorpresa llegó cuando los puntos de separación los tornaron colosales.
Muchas de las supuestamente más ajustadas carreras no terminaron para nada ajustadas. Maine es quizás la más impresionante. Biden ganó el estado por 9%, pero la titular republicana Susan Collins ganó la reelección por 9 puntos.
Collins no sólo estaba 4% por debajo del día de las elecciones en un promedio de las encuestas en la semana anterior a la elección, sino que lideró en una encuesta en todo el 2020. Y eso fue en julio. Esa es una encuesta de casi tres docenas.
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En Carolina del Sur el dinero fluyó al demócrata Jaime Harrison. Parecía tener una oportunidad de derrotar al actual senador Lindsey Graham. El Informe Político Cook, que habla con los comités que ayudan a elegir a los candidatos en cada parte, y otros calificaron la carrera como un reto.
Las encuestas parecían confirmarlo. Mostraban que la carrera estaba igualada. Pero al final, no estaba ni siquiera cerca. Graham ganó por 10 puntos porcentuales. Siempre iba a ser difícil para un demócrata ganar en todo el estado de Carolina del Sur en un año presidencial.