En un comunicado enviado a la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), el Gobierno de Estados Unidos confirmó las condiciones de “abusos persistentes” por parte del personal penitenciario del Centro de Detención del condado de Baker (BCDC), ubicado en el extremo noroeste de Florida, situación detectada durante una investigación.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó “patrones constantes de abuso verbal, discriminación racial, represalias y acoso” a los migrantes detenidos por parte del personal de las instalaciones penitenciarias, indicó la ACLU Florida en un comunicado.
We appreciate CRCL’s attention to this matter and urge ICE to stop tolerating these ongoing, egregious abuses.”https://t.co/cmTlVFcQs3
— ACLU of Florida (@ACLUFL) March 4, 2024
La organización asegura en el texto que la Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles (CRCL) del DHS reconoce que a lo largo de sus investigaciones ha encontrado hallazgos preocupantes respecto de “la salud y el bienestar de las personas detenidas” en Baker.
En octubre de 2022 la CRCL reveló en un informe de que “las nuevas acusaciones” mostraban patrones consistentes identificados anteriormente: abuso verbal y emocional por parte del personal de la instalación, discriminación racial, importantes problemas de acceso al idioma y barreras continuas para acceso legal”.
La instancia recomendó que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) estadounidense tomase una serie de acciones inmediatas para solucionar los problemas citados.
Durante los últimos años las quejas sobre supuesto maltrato y abuso de los internos en este centro de detención se han ido acumulando hasta el punto que en noviembre de 2023 un grupo de inmigrantes indocumentados inició una huelga de hambre para llamar la atención y denunciar la situación.
Conscientes del abuso
En 2023 la ACLU Florida presentó ante el DHS una solicitud para obtener información sobre los resultados de sus investigaciones en el referido centro de detención, aunque la organización era consciente “desde hace mucho tiempo de que las personas sufrían allí (en Baker) una amplia gama de abusos”.
Dijeron que el grupo de inmigrantes que se declaró en huelga de hambre el año pasado lo hizo por las amenazas de confinamiento solitario y la escasa alimentación que recibían, con comidas que consistían solo en “una cucharada de carne, frijoles y zanahorias”.
En aquel momento la ACLU Florida remitió una carta al ICE en la que solicitaba a esta agencia federal que llevara a cabo una investigación y tomase medidas correctivas.
Ocurrió que cuando algunos inmigrantes reclamaron una cantidad suficiente de alimentos y amenazaron con iniciar una huelga de hambre si la situación no cambiaba en el comedor, “los funcionarios de Baker supuestamente tomaron represalias amenazando con el confinamiento solitario”, según la ACLU.
“Durante años, la ACLU de Florida ha estado investigando las atroces violaciones de derechos humanos que el personal de Baker está cometiendo repetidamente contra las personas bajo su cuidado”, expuso en el comunicado Amy Godshall, miembro del equipo legal de la ACLU Florida.
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“Personalmente, he pasado innumerables horas hablando con personas detenidas por ICE y actualmente en Baker sobre las condiciones de su confinamiento, y se puede escuchar la desesperación en sus voces”, aseguró Godshall.
Según la ACLU, las investigaciones del CRCL describen “las condiciones y la forma” en que los guardias tratan a los reclusos, “como una guerra psicológica destinada a lograr que se autodeporten”.