Este viernes la sede de la embajada de Estados Unidos en Venezuela se mantuvo vigilada por un nutrido número de agentes policiales luego que el mandatario Nicolás Maduro ordenara reforzar su guardia en medio de la duelo entre ambos países que rompieron relaciones hace varios meses.
La sede diplomática cerrada desde hace ya varias semanas, un complejo de edificios ubicado en Colinas de Valle Arriba, municipio Baruta, una zona montañosa del sureste de Caracas, estaba rodeada por varias decenas de policías nacionales, según lo reportaron periodistas de la agencia de noticias AFP.
Los funcionarios no permitieron a los reporteros descender de sus vehículos ni fotografiar el lugar y los obligaron a marcharse.
Maduro mandó a “reforzar la vigilancia y la protección policial y legal sobre el edificio” el 16 de mayo en respuesta al desalojo de los últimos activistas que ocupaban la sede diplomática venezolana en Washington.
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Los ocupantes de la embajada de Venezuela en la capital de Estados Unidos trataban de impedir, con consentimiento del gobierno socialista de Maduro, que la sede fuera tomada por representantes del opositor Juan Guaidó, quien es reconocido como presidente interino de Venezuela por más de medio centenar de países.
Maduro rompió relaciones con Estados Unidos luego de que Donald Trump considerara legítima la proclamación de Guaidó el pasado 23 de enero y ordenó la salida de su personal diplomático en Caracas.
Washington se negó desafiando la legitimidad del gobernante socialista, pero a mediados de marzo anunció la retirada de todos sus trabajadores ante un recrudecimiento de la crisis venezolana.