Un extenso bosque de manglares es dividido en dos por una muralla que República Dominicana erige en la frontera con Haití, que de acuerdo con la opinión de ambientalistas esa muralla se ha convertido en una infranqueable barrera para el curso de agua que alimenta el humedal y a sus especies de flora y fauna.
Este enrejado limítrofe, que cubrirá 160 de los 380 kilómetros de frontera entre estos dos países que comparten la isla La Española, forma parte de la política migratoria del presidente Luis Abinader, que ha multiplicado las deportaciones de haitianos.
La Academia dominicana de las Ciencias estimó un daño irreparable en el área de humedales del parque nacional de Monte Cristi, en el noroeste del país caribeño. “Aquí fue interrumpida la garganta que da flujo de agua al manglar”, refiere en una entrevista el ecologista y funcionario del Ministerio de Ambiente, Roque Taveras.
La segunda fase de la construcción del muro fronterizo entre Republica Dominicana y Haití está iniciando, luego de haberse elevado alrededor de 600 metros durante la primera fase de la verja inteligente que divide ambas naciones. La segunda etapa implica 110 km lineales pic.twitter.com/V7g0amafbT
— Rafael Gil (@rafaelgil251051) March 23, 2023
Restos de árboles talados rodean un tramo del muro de 250 metros de largo que cruza el humedal, con mangles que llegan a sobrepasar 20 metros de altura. “Ese mangle rojo, tenía cientos de años”, comenta Taveras durante la entrevista con AFP, al ver un gran tronco color terracota durante un recorrido por ese trecho que ya está a ras de suelo.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa que es responsable de la obra, asegura que solo se han tocado 6 kilómetros cuadrados lo que se traduce en un 0,04% del área de humedales.
Hiciar Blanco, el presidente de Manzanillo EcoAventura, una organización que prepara visitas turísticas y promueve la preservación de la zona, lamenta que fuese ignorado un proyecto de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, para un mirador ecológico.
Las obras están momentáneamente paralizadas en esa sección del muro por orden de autoridades ambientales que exigen la construcción de 16 boquillas que darán paso al agua.
A la interrogante que surge en cuanto al número de especies que se verán afectadas, Taveras dijo que existen cuatro especies de mangle que crecen en Dominicana, “el rojo (rhizophora mangle), el blanco (laguncularia racemosa), el negro (Avicennia germinans) y botón (Conocarpus erectus)”.
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El cangrejo azul (Cardisoma guanhumi), llamado por los dominicanos “Paloma de Cueva”, forma parte de la fauna del ecosistema. Este crustáceo, con pinzas que pueden alcanzar 15 centímetros de longitud, está entre las especies animales que se consideran “vulnerables” debido a la reducción del hábitat y la captura excesiva para consumo humano.
Allí también habitan pequeños cangrejos violinistas que se lanzan a toda velocidad a las charcas cuando un extraño se acerca. También viven algunas especies de aves como la paloma ceniza (Patagioenas inornata) y varias especies de garzas anidan en el área según comenta el ecologista, quien agrega que incluso ha habido avistamientos recientes de caimanes que se consideran extintos en el lugar desde hace más de tres décadas.
La segunda fase de la construcción del muro fronterizo entre Republica Dominicana y Haití se inició tras haberse levantado aproximadamente 600 metros durante la primera fase de la verja inteligente que divide ambas naciones. La segunda etapa implica 110 kilómetros lineales.