Ante el alarmante incremento de contagios de coronavirus en Florida, el condado de Miami-Dade que es más afectado del estado por la pandemia de COVID-19, endureció este domingo la vigilancia en restaurantes que incumplan las normas contra la propagación del virus.
En este Día del Padre, esta entidad reportó que han muerto 3.161 personas debido al nuevo coronavirus y agregó 3.494 nuevos casos para llegar a un total de 97.291 contabilizados desde el pasado 1 de marzo.
En los últimos cuatro días Florida ha sumado 14.572 contagios después de tres récords consecutivos de 3.207 el jueves 18 de junio; 3.822 el viernes 19 de junio y 4.049 el sábado 20 de junio, según la base de datos del Departamento de Salud de Florida.
El alcalde de Miami Dade, Carlos Giménez, manifestó que “no es el momento de bajar la guardia”. El mandatario firmó una enmienda para reforzar el cumplimiento de las normas de su plan de reapertura denominado “New Normal” en los restaurantes que deben operar solo al 50 % de su capacidad.
“Los negocios que violen las reglas del ‘New Normal’ para prevenir el contagio de COVID-19 deben firmar una declaración confirmando que las entienden y van a cumplir con ellas. De otra forma no pueden abrir”, advirtió el alcalde.
“Habrá cero tolerancia para los establecimientos que no sigan las reglas para proteger a nuestra comunidad de la propagación”, insistió.
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Tras el cierre de tres restaurantes en las últimas horas, Giménez alertó sobre el promedio en la tasa de casos positivos en el condado que es de 9,4 % en las últimas dos semanas, mientras que 677 personas se encuentran hospitalizadas y 128 de ellas están en Unidades de Cuidados Intensivos.
En Miami-Dade, Broward y Palm Beach se mantiene el foco de la enfermedad en Florida con más de 46.800 de los casos y 1.725 muertes en los tres condados.
En Miami-Dade se reportaron 25.314 casos y 884 muertos, mientras que en Broward son 10.878 y 373 decesos, mientras que en Palm Beach 10.628 personas han dado positivo de COVID-19 y 468 han fallecido.
El récord de casos diarios de las últimas dos semanas en Florida muestra un desafío para el gobernador Ron DeSantis, que señala como causa del aumento una mayor cantidad de pruebas. Además agrega que ahora está afectando a gente más joven, de 37 años en promedio, que es menos vulnerable y con menor posibilidad de necesitar hospitalización.