La United Auto Workers (UAW) es un sindicato que lleva mirando a los ojos de los dueños de las industrias automotrices en los Estados Unidos desde hace 84 años y siempre en el vaivén de la historia ha tenido intromisión –para bien o para mal- de los políticos de siempre que desea sacar ventajas de las luchas laborales.
Desde el lunes pasado casi 50 mil trabajadores de la empresa General Motors están en una huelga que demanda a la ensambladora mejores salarios, beneficios de atención médica y la reapertura de las plantas cerradas como la de Lordstown, Ohio, con miras a revertir el desempleo.
Estas disputas son caldo de cultivo para la euforia política, más aún cuando estamos en un año electoral o si uno de tus temas de campaña ha sido repatriar la industria automotriz y el éxito en el empeño ha sido bajo.
En la nación la disputa entre GM y UAW a puesto “azul intenso” al pajarito de las cuentas oficiales de varios candidatos, entre ellos el que busca la reelección, quien está presionando a la compañía para que negocie rápidamente el fin de la disputa.
Las críticas de Trump contra General Motors Corporation no son nuevas. El Presidente se ha quejado durante mucho tiempo de las continuas disputas de GM con sus trabajadores y ha golpeado a la compañía por trasladar parte de la producción estadounidense a México. Y el presidente todavía está criticando el cierre por parte de GM de su planta de ensamblaje de Lordstown, Ohio, a principios de este año, lo que provocó una amplia condena bipartidista.
La controversia también llega cuando Trump y los demócratas se pelean por los estados industriales que impulsaron el éxito de GM, donde los trabajadores están pidiendo a la compañía que compense los empleos deslocalizados, las concesiones en las negociaciones pasadas y un costoso rescate de los contribuyentes.
Trump ha pedido una rápida resolución de la huelga y ha sugerido que el gobierno podría intervenir para resolver la disputa.
Here we go again with General Motors and the United Auto Workers. Get together and make a deal!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 15, 2019
“Aquí vamos de nuevo con General Motors y la United Auto Workers”, dijo Trump el domingo. “¡Reúnanse y hagan un trato!”
El lunes, dijo a los periodistas: “Con suerte, podrán resolver la huelga de GM rápidamente”.
“No queremos que General Motors construya plantas fuera de este país, y somos muy fuertes en eso”, agregó Trump.
Un grupo de candidatos presidenciales demócratas, incluyendo al ex vicepresidente Joe Biden, la senadora Elizabeth Warren (D-Mass.), el senador Bernie Sanders (I-Vt.) y el alcalde de South Bend, Ind. Pete Buttigieg (D), tomaron posiciones más fuertes en apoyo de la UAW.
“Un trabajo es mucho más que un cheque de pago. Se trata de dignidad y respeto”, dijo Biden el domingo. “Los trabajadores de América merecen algo mejor”.
Warren instó a GM en un tweet dominical a “sentarse a la mesa y negociar de buena fe” con la UAW.
“Los trabajadores de la industria automotriz merecen buenos salarios, beneficios integrales y seguridad económica. Yo apoyo a @UAW en su lucha por conseguir lo que se merecen”, dijo Warren.
La huelga es sólo la última pelea en una larga y polémica historia entre el gigante automovilístico y sus trabajadores.
Auto workers deserve good wages, comprehensive benefits, and economic security. I stand with @UAW as they strike to get what they deserve, and urge GM to come to the table and negotiate in good faith. https://t.co/VRmL7VzSzt
— Elizabeth Warren (@ewarren) September 16, 2019