Este 1 de mayo Estados Unidos comenzó de forma oficial la retirada de sus últimas tropas de Afganistán y con ellos se marca el final de una guerra de 20 años. Sin embargo con ello quedará abierto un periodo de gran incertidumbre por el rastro progresivo de los talibanes.
De acuerdo con los responsables estadounidenses en Afganistán, el proceso de repliegue ya está en marcha pero la fecha del primero de mayo es simbólica pues así quedó establecida en el acuerdo suscrito en febrero de 2020 en Doha, Catar, entre la anterior administración de Donald Trump y los talibanes, que prevé dicha retirada.
Los cielos de Kabul y la base aérea cercana de Bagram en los últimos días ha registrado una mudanza inusual de helicópteros estadounidenses encargados de arreglar esta retirada que terminará el 11 de septiembre, fecha que el actual presidente estadounidense Joe Biden ha anunciado para culminar la operación y que además conmemora el 20 aniversario de los atentados terroristas de 2001 en Estados Unidos.
Asi mismo, los aliados de la OTAN comenzaron a retirar los contingentes de la misión Apoyo Decidido (Resolute Support), el pasado 29 de abril y se hace de forma coordinada con Washington.
A mediados de abril el presidente Biden confirmó la retirada de 2.500 soldados que aun estaban presentes en Afganistán. “Ha llegado la hora de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos”, dijo el mandatario al estimar que el objetivo de la intervención estadounidense, que era impedir que Afganistán sirviera de nuevo de base para ataques contra su país, fue cumplido.
Como consecuencia de los atentados de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, Estados Unidos intervino en Afganistán y expulsó del poder a los talibanes que son acusados de haber dado refugio al movimiento yihadista Al Qaida responsable de los atentados.
Te puede interesar:Talibanes se atribuyen derribo de un avión estadounidense en Afganistán
Los talibanes se abstuvieron de atacar a las fuerzas extranjeras de forma directa desde que se firmó el acuerdo de Doha, pero no han tenido clemencia con las tropas gubernamentales a las que hostigan en las zonas rurales mientras aterrorizan a la población civil de las grandes ciudades con asesinatos selectivos.
El anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses solo ha agravado aun más el miedo de los afganos que temen que los talibanes regresen al poder e impongan un régimen fundamentalista como el que implantaron cuando gobernaron entre 1996 y 2001.
Por otra parte, mientras el presidente afgano Ashraf Ghani, dice que las tropas gubernamentales son “totalmente capaces” de resistir a los insurgentes, el jefe del Estado Mayor estadounidense, general Mark Milley, refirió que no se descarta que suceda un caos total.
“En el peor de los casos tendremos el desmoronamiento del gobierno afgano, el desmoronamiento del ejército afgano, una guerra civil, la catástrofe humanitaria que la acompaña y el retorno potencial de Al Qaida”, reconoció el general Mark Milley.