“Existe un gran consenso entre los antropólogos y genetistas humanos de que, desde el punto de vista biológico, las razas humanas no existen”. En ese inmenso océano de conocimiento zozobró la desprestigiada visión poligenista de Samuel Morton. En esas aguas se ahogaron las ideas del “marketer de esclavos”, quien buscó “insights” para vender a la supremacía blanca.
Samuel George Morton, considerado el padre del racismo científico, creó en el siglo XIX una colección de más de 1.000 cráneos humanos. Con ellos intento encontrar una base antropológica para la supremacía blanca. Murió en 1851 y sus conclusiones se consideran ahora profundamente racistas.
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Sobre este asunto se pronunció el Museo de Pensilvania. Emitió una disculpa por poseer los cráneos de la histórica Colección Morton y esbozó un plan para repatriarlos. El doctor Christopher Woods, el nuevo director del museo desde el 1 de abril, dijo que “es hora de que estos individuos sean devueltos a sus comunidades ancestrales”.
El “marketer de esclavos”
No es extraño que la ciencia sea utilizada para justificar las acciones industriales y mercantiles de nocivos emprendedores. Como ejemplo están las recomendaciones médicas vinculadas con las tabacaleras. También la ingesta de precursores cancerígenos recomendada por la industria de la comida procesada. Asimismo los esclavistas, aun con la empresa quebrada, invirtieron en un marketer de esclavos. Este fue Samuel Morton, quien con uso de pseudo ciencia quiso dar sustento a la supremacía blanca.
Como un primer paso decenas de cráneos humanos de personas de raza negra serán repatriados a Cuba. Algunos de los restos no fueron adquiridos por medios éticos o legales. Al menos 51 cráneos de africanos esclavizados fueron desenterrados de un cementerio en Cuba. Se cree que varias calaveras pertenecían a negros de Filadelfia, probablemente comprados a ladrones de tumbas.
Sobre este penoso asunto escribió Peter Crimmins para WHYY. El periodista destacó que los orígenes de la colección nunca han sido un secreto. Como antecedente ubicó la opinión de la conservadora de antropología física del Museo Penn, Janet Monge. Durante una conferencia pública en 2011 llamó a Morton “racista en llamas”. Recientemente, científicos y activistas han protestado por la posesión por parte del museo de restos humanos de personas negras adquiridos por medios poco éticos.
Un serio conflicto ético
Paul Mitchell, candidato a un doctorado en UPenn, ofreció una visión en su investigación recientemente publicada sobre la Colección Morton. “Cualquier compromiso para abordar la complicidad histórica de Penn en la institución de la esclavitud debe dirigirse a todos los aspectos del racismo antinegro. Este se extiende a todos los cuerpos negros de las colecciones anatómicas históricas”.
El “marketer de esclavos” pasó a ser un asunto cada vez más urgente. El museo comenzó a considerar seriamente cómo abordar el problema de la Colección Morton el verano pasado.
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“Fue el resultado directo del asesinato de George Floyd, el auge de Black Lives Matter”, dijo el director del museo. “Esto es lo que hizo que este asunto pasara a primer plano”.
El lunes, Woods dio a conocer un plan para formar un nuevo comité. Este evaluará y determinará cómo se repatriará cada cráneo, a Cuba, a las comunidades de Filadelfia y -si procede- a África. El comité incluirá a personas de las oficinas de Equidad Social y Comunidad, Asuntos Gubernamentales y Comunitarios, el Capellán de la Universidad y el Consejo General de Pennsylvania.