La eliminación del subsidio al combustible, entre otras medidas económicas acordadas en un programa crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), decretadas el martes 1 de octubre por el presidente Lenín Moreno, motivaron una ola de disturbios en Ecuador que crearon caos y violencia en las principales ciudades del país suramericano.
Las protestas estuvieron lideradas por el sector del transporte, indígenas y estudiantes. Se suspendieron las clases y el paro del transporte se prolongó por más de 48 horas.
Ante los violentos acontecimientos, el Jede de Estado decretó el jueves 3 de octubre el estado de excepción pues las manifestaciones arreciaban, especialmente en la capital Quito en donde se respiró un fuerte olor a neumáticos quemados y gas lacrimógeno durante dos días consecutivo tras los violentos enfrentamientos entre policía y manifestantes.
“Con el fin de precautelar la seguridad ciudadana y evitar el caos, he dispuesto el estado de excepción a nivel nacional”, dijo Moreno tras proclamar la medida.
Pero más allá de las fronteras de la capital, donde se contabilizaron 19 arrestados, las protestas también se extendieron a ciudades como Cuenca y Loja. Mientras que en Guayaquil, además de bloqueos de carreteras se reportaron saqueos a locales comerciales. Allí la policía detuvo a 159 personas.
Los representantes del transporte anunciaron la tarde del viernes 4 de octubre el fin del paro nacional que paralizó a Ecuador por 48 horas. Sin embargo campesinos continuaron colocando piedras para cortar rutas viales.
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Tras los acontecimientos, en Quito y otras principales ciudades de Ecuador reinaba una tensa calma luego de la suspensión del paro nacional de transportistas. Los servicios de transporte público comenzaron a operar paulatinamente en varias ciudades, mientras que el Gobierno anunciaba que autorizaría un incremento en las tarifas de transporte urbano de entre 5 y 10 centavos de dólar.
También anunció el reinicio de clases en las escuelas el lunes 7 de octubre, que habían sido suspendidas por el paro. “Poco a poco se restablece la normalidad en el país”, declaró la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia.
Pero esa “normalidad” parece que no retornó tan pronto en las provincias conde se han presentado disturbios en varias zonas del país, particularmente de parte de la población indígena que sigue en pie de protesta.
Estas comunidades continuaron con las manifestaciones y han lanzado consignas en su idioma ancestral contra lo que denominan el “paquetazo” económico, que es la serie de medidas de austeridad anunciadas por el presidente Moreno.
Agencias de noticias locales dan cuenta de que los manifestantes han obstaculizado carreteras con piedras, palos y neumáticos en varios zonas e inclusive hubo un enfrentamiento con militares que intentaban despejar una de las vías bloqueadas en la provincia andina de Cotopaxi.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), la mayor central indígena del país, anunció en un comunicado fechado el sábado 5 de octubre su propio “estado de excepción” en los territorios ancestrales. Advirtió además que retendrán a los miembros de las fuerzas del orden público que se acerquen a sus dominios.
En su cuenta de Twitter justificaron esa declaración “ante la brutalidad y falta de conciencia de la fuerza pública para comprender el carácter popular de las demandas del paro nacional contra el Paquetazo”.