Los comentarios de casos judiciales hechos por Donald Trump a través de su cuenta en Twitter, pueden ser percibidos como una forma de intromisión, o mucho peor, como una coacción, actitud mediatica que ha molestado al fiscal general William Barr quien ha dicho que los tuits del Presidente hacen que sea “imposible para mí hacer mi trabajo”.
Algunas confesiones salieron al aire durante una entrevista que diera el jefe de la Vindicta Pública de la nación para la cadena ABC News, espacio en el que aconsejó al presidente que dejara de tuitear sobre el Departamento de Justicia, diciendo que hace “imposible que haga mi trabajo”.
La gota que ha derramado el vaso ha sido el asunto relativo a Roger Stone, aliado notorio y público del presidente Donald Trump, una situación que ha provocado episodios de controversia en torno a la decisión del Departamento de Justicia de reducir la sentencia del lobista. El asunto se volvió un conflicto de intereses cuando el presidente tuitió su descontento con la gravedad de la recomendación de sentencia original.
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“Creo que es hora de dejar de twittear sobre los casos criminales del Departamento de Justicia”, dijo Barr a la ABC.
El fiscal Barr fue muy cuidadoso al aclarar que “el presidente nunca me ha pedido que haga nada en un caso criminal”. Sin embargo, argumentó que hacer declaraciones públicas y tuits sobre el departamento, los casos pendientes y sus fiscales “hace imposible hacer mi trabajo y asegurar a los tribunales y a los fiscales del departamento que estamos haciendo nuestro trabajo con integridad”.
Esta es la primera vez que entre el Fiscal y el Presidente surgen incomodidades visibles que parecieran apuntar a que Barr desea guardar las formas y mostrar a la institución que representa como independiente del Ejecutivo, a pesar de que los constantes comentarios de Trump insinúen que desde la Casa Blanca presiona para que las cosas cambien a favor del cristal como él mira las cosas en materia de Justicia.
La Casa Blanca responde
La Casa Blanca no es la primera vez que quiere hacer ver al presidente de los Estados Unidos como un ciudadano más con el derecho de expresar sus opiniones a través de las redes sociales, un asunto que desde luego es un debate aparte.
En este caso quedó para los medios una declaración después de la entrevista de Barr, emitida por la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, quien dijo que a Trump “no le molestaron para nada los comentarios y tiene el derecho, como cualquier ciudadano americano, de ofrecer públicamente sus opiniones”.
“El presidente Trump utiliza los medios sociales muy eficazmente para luchar por el pueblo americano contra las injusticias en nuestro país, incluyendo las noticias falsas. El Presidente tiene plena fe y confianza en que el fiscal general Barr hará su trabajo y defenderá la ley”, dijo Grisham.
El Departamento de Justicia ha insistido en que la decisión del martes de reducir la recomendación de sentencia para Stone, un lobista republicano de 67 años y asesor informal de Trump durante mucho tiempo, se tomó antes de que Trump interviniera públicamente y fuera independiente de la Casa Blanca, aunque los continuos comentarios públicos del Presidente sobre la sentencia han alimentado las acusaciones de politización en el departamento.
El hito de las renuncias
Sumándose a las especulaciones, los cuatro fiscales de carrera que trabajan en el caso de Stone renunciaron el martes después de que el Departamento de Justicia pidiera que la sentencia fuera “mucho menos” que la condena de siete a nueve años de prisión recomendada por los abogados el día anterior.
Barr se mantuvo firme en la entrevista de la ABC en torno al argumento de que no habló con Trump ni con nadie de la Casa Blanca sobre el caso Stone, diciendo que le tomaron desprevenido cuando se presentó el memorándum de la sentencia el lunes por la noche y que no era la recomendación “justa y razonable” que había firmado.
“Me sorprendió mucho”, dijo Barr. “Le dije esa noche a mi personal que teníamos que prepararnos porque teníamos que hacer algo por la mañana para enmendar eso y aclarar cuál era nuestra posición”.
“Una vez que se produjo el tweet, la pregunta era, bueno ahora qué hago”, dijo Barr, refiriéndose al primer tweet del presidente que calificó la recomendación de “muy injusta” y un “error judicial”.
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Trump ha celebrado la reducción de la recomendación de sentencia de Stone. El miércoles, tweeteó “felicitaciones” a Barr por “hacerse cargo” del caso… a pesar de que el fiscal general no se ha pronunciado públicamente.
Los comentarios de Barr en la impactante entrevista de la ABC podrían ponerlo en desacuerdo con Trump, quien insistió el miércoles en que sus tweets no equivalían a una interferencia política y continuó criticando públicamente la recomendación original de la sentencia de Stone y difamó a los fiscales que trabajaron en su caso.