Las elecciones municipales en República Dominicana pautadas para el domingo 16 de febrero, fueron suspendidas en plena jornada debido a un fallo técnico en el sistema de voto automatizado que se utilizaba por primera vez en el país caribeño. La situación inédita generó acusaciones mutuas entre el oficialismo y la oposición.
El proceso comicial fue paralizado a las 11:11 de la mañana (hora local), cuatro horas después de la apertura de los colegios electorales y cuando había largas filas de electores frente a los centros de votación en Santo Domingo y en las otras 17 ciudades en las que se trató de implementar el nuevo sistema de votación.
La suspensión del proceso es una situación que nunca había ocurrido en este país que ha gozado de estabilidad en las últimas décadas y que, al margen de las habituales denuncias de fraude, celebra elecciones de forma regular desde 1966.
Las dificultades técnicas fueron constatadas por las autoridades electorales desde la noche del sábado 15 de febrero y la situación se comunicó a los partidos políticos y a los observadores internacionales.
La falla provocó que no aparecieran todos los partidos o candidatos en la pantalla de las máquinas de votación, lo que generó enardecidas críticas de las fuerzas políticas afectadas en las primeras horas del día de los comicios.
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A pesar de conocer los errores, la Junta Central Electoral (JCE) decidió no interrumpir el proceso hasta tanto constatara que los fallos se produjeron de forma generalizada en aquellas circunscripciones en donde se usaba el voto automatizado.
El presidente de la JCE, Julio César Castaños Guzmán, informó que la nueva fecha de las elecciones se decidirá de común acuerdo con “el liderazgo nacional”.
La Ley Electoral fija un plazo de 30 días para convocar las elecciones después de que se confirme la anulación del proceso, aunque algunos sectores políticos no descartan que se hagan coincidir con las presidenciales y legislativas pautadas para el próximo 17 de mayo.
Las máquinas de votación se usaron por vez primera, con gran polémica, en las elecciones primarias del pasado 6 de octubre que celebraron el PLD y el PRM, los dos mayores partidos del país.
La suspensión tiene un alto costo para un país de 10 millones de habitantes y un nivel de renta medio. La JCE adquirió 55.000 máquinas de votación que podrían no volver a utilizarse, por un valor de 19 millones de dólares desembolsados a la empresa Digiworld ganadora de la licitación.
A este dinero se suma el presupuesto asignado por el Ministerio de Hacienda para la organización de las elecciones, que ascendía a unos 60 millones de dólares.