En Pensilvania priva la idea de que progresistas y conservadores no desean trabajar juntos. En Harrisburg hay 1.000 millones de dólares inmovilizados destinados a aliviar el problema de la COVID-19, pero la diatriba los mantiene en “tierra de nadie”.
De acuerdo a la ley, si el estado no distribuyera el dinero para el 30 de diciembre, volvería al gobierno federal. Los demócratas quieren convertirlo en subvenciones y los republicanos en parchos al presupuesto.
Neal Lesher, portavoz del Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes del Partido Republicano, tiene una opinión. Como partido saben que las empresas e individuos están sufriendo. “Ciertamente reconocemos la necesidad que existe”.
Puedes leer: Latinos en Philly accederán a desarrollos urbanos en cuadrantes de calidad
“Desafortunadamente, el estado no está en la misma posición que el gobierno federal para poder imprimir nuevo dinero. Estaremos gastando los recursos que tenemos para mantener al gobierno estatal operando.”
Los 1.000 millones de dólares
El dinero de CARES sólo puede ser utilizado para gastos relacionados con el alivio del coronavirus. Eso amarra el argumento de los republicanos que esperan usarlo para cubrir los costos del presupuesto. Parte de las partidas regular que tienen conexión con la pandemia mermaron. Ellos colocan como ejemplo los salarios de ciertos trabajadores estatales, como los primeros en responder.
Los demócratas creen tener un mejor destino pata esos 1.000 millones de dólares. Quieren convertirlo en subvenciones de ayuda a pequeñas empresas, o alguna otra forma de ayuda directa. Ellos no comparten la visión de salud presupuestaria en tiempos de crisis.
Los progresistas dicen que hay otras opciones de recaudación de ingresos a considerar. Esas alternativas podrían mantener el presupuesto intacto. Al mismo tiempo se puede ofrecer la ayuda necesaria. Les preocupa que si no se proporcionan fondos de estímulo, la economía se vea aún más devastada.
El segundo fondo de ayuda
Un análisis de los periodistas Katie Meyer y Miles Bryan de WYHH considera que los que suceden Pensilvania es una copia de la batalla que se libra en todo el país. Ellos colocan una incógnita en el aire. Mientras los legisladores a nivel estatal y local se enfrentan a cómo responder a la carnicería económica de COVID-19: ¿Debería el gobierno optar por un fuerte gasto de estímulo o por la austeridad?
Matt Bradford, representante demócrata de Montgomery, es quien preside la minoría del Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes. Él presentó una lista de propuestas que los demócratas han estado sugiriendo durante años. Incluye un impuesto de cesantía para la industria del gas natural, legalizar y gravar la marihuana medicinal, y la presentación de informes combinados. Este último es un mecanismo que los estados pueden utilizar para asegurarse de que las empresas no estén ocultando activos imponibles. Con ese plan los 1.000 millones de dólares se gasta y a la vez se recauda.
“La austeridad a largo plazo no es un plan”, dijo. “Hay muchos de nosotros que estamos muy preocupados por la disminución de los ingresos. Estamos frente una economía que se va a contraer. La falta de estímulo federal – si se suman todos estos, está estableciendo una economía de recesión en contracción” (…) “Parece que nadie está dispuesto a trabajar en conjunto”.
El nerviosismo asalta a los medios
El Centro Empresarial, una corporación de desarrollo comunitario con sede en el oeste de Filadelfia, ha comenzado a recibir llamadas. Los propietarios de negocios están preocupados por las nuevas reglas anunciadas en Filadelfia. Las normas limitan drásticamente el número de personas que pueden comer o comprar a la vez.
“No estamos sentados en grandes cantidades de dólares de subvención que les ayuden a capear esta tormenta”, dijo el presidente y director ejecutivo del Enterprise Center, Della Clark. “Todo lo que tenemos para ellos en este momento es… dinero que hemos pedido prestado para volver a prestar a nuestros clientes.”
Puedes leer: Pensilvania exigirá pruebas de COVID-19 a todo el que entre al estado
El principal programa federal de ayuda contra el coronavirus para pequeñas empresas, el Programa de Protección de Cheques, expiró en agosto. El Congreso se ha estancado en cuanto a si y cómo renovarlo. Mientras tanto hay 1.000 millones de dólares estancados en Harrisburg que se necesitan ya.
Todos los fondos de subvención para pequeñas empresas relacionados con COVID disponibles a nivel estatal se han agotado. Ya no hay nuevos programas en proyecto, según el portavoz del Departamento de Desarrollo Comunitario y Económico, Casey Smith.