En el espacio ultraterrestre podría haber una oportunidad para las casas de apuestas legales en los Estados Unidos que tiene como un curioso producto un evento que se tasa 1 entre 20, para que se dé o no la colisión de dos satélites inactivos.
El evento podría registrarse el próximo miércoles 5 de febrero cuando el IRAS (13777) y la GGSE-4 (2828) podría colisionar y desintegrarse en miles de pequeños fragmentos que supondrían un riesgo para la integridad de otros satélites espaciales, según informó la organización de seguimiento de basura espacial LeoLabs.
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Según la ley federal de los Estados Unidos, apostar es legal, y cada estado es libre de regular o prohibir esta práctica. Las apuestas son legales en Nevada desde 1931, convirtiéndose con el paso del tiempo en la espina dorsal de la economía, y la ciudad de Las Vegas en la capital mundial del juego.
LeoLabs explicó en su cuenta de Twitter que la posibilidad de que estos dos aparatos impacten entre sí es de 1 entre 20, aunque ha recalcado que lo más probable es que se crucen a una distancia de 5 a 10 metros.
Apostar por dinero es muy emocionante y generan una sensación que puede ser indescriptible. Comienza a fluir la adrenalina por el cuerpo y ya no se puede parar; esta es una reacción normal, al ganar una apuesta el sistema límbico se activa en el cerebro liberando dopamina, provocando una sensación de placer.
¡Ahora imagínense que el reto no sea por equipos de fúbol, caballos o galgos!
La oportunidad para ponerse creativos surgió cuando la alarma saltó el día 27 de enero, momento en el que este grupo anunció en la red social que estaba siguiendo “el acercamiento” entre el IRAS (13777) y la GGSE-4 (2828).
“Estamos monitorizando un evento de aproximación cercana que involucra IRAS (13777), el telescopio espacial fuera de servicio lanzado en 1983, y el GGSE-4 (2828), una pieza de carga experimental de EE. UU. lanzada en 1967”, anunció.
En un primer término, la compañía anunció que las probabilidades de choque eran de 1 entre 1000, aunque fueron aumentando paulatinamente según los cálculos realizados en base a los datos obtenidos por los radares de LeoLabs.
Las alertas por posible colisión no son algo tan raro en la industria espacial.
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En septiembre, la Agencia Espacial Europea (ESA) anunció haber evitado el choque de uno de sus satélites con otro de una constelación perteneciente a la compañía estadounidense SpaceX.
La ESA señaló en un comunicado que su satélite de observación de vientos en la atmósfera Aeolus Earth encendió sus propulsores para esquivar la trayectoria de un satélite perteneciente a la constelación Starlink de SpaceX.
Ese mismo mes, el centro de control espacial de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, que vigila los objetos que orbitan en torno a la Tierra, alertó de la posibilidad de colisión entre el Aeolus y el Starlink44, uno de los primeros satélites de la constelación Starlink, que prevé aumentar su número hasta los 12.000 a mediados de la próxima década.