Mark Lowcock, subsecretario de la organización para asuntos humanitarios de la ONU, dijo en entrevista con USA Today que si los países más ricos no hacen lo necesario para contener la pandemia a nivel global, esta regresará a sus territorios y los golpeará como un boomerang.
La segunda ola de contagio no es una conjetura o un ejercicio científico, es una realidad con base estadística y datos históricos tomados de otras pandemias donde no se cerraron adecuadamente los ciclos y la calamidad volvió con más fuerza de la que comenzó.
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La cooperación es la salida. La ayuda mutua es el resultado de una estrategia aplicada al objetivo, desarrollado por gobiernos, grupos de personas o instituciones que comparten un mismo interés u objetivo. Su mirada a largo plazo es de la antipatía de los que desean ganar en el marco de la “competitividad”, pero en este caso donde la supervivencia es lo que está en juego la dinámica depredadora humana debería excluirse deliberadamente de la ecuación.
Mark Lowcock dijo para USA Today que pedirá a los contribuyentes más ricos de la ONU, como los EE.UU., que donen a un esfuerzo de 6,7 mil millones de dólares para luchar contra la propagación del coronavirus en los países en desarrollo, especialmente en América Latina.
De acuerdo a lo aportado por Lowcock en la entrevista el esfuerzo sería necesario para prevenir que una segunda ola del virus llegue a las costas de las naciones que han comenzado a ver disminuir los índices de nuevas infecciones. Además advirtió que aflojar las restricciones de viajes internacionales sólo significaría un mayor riesgo de que ocurra una segunda ola.
“Tienes la oportunidad de evitar que lo que actualmente es un problema de un año se convierta en un problema de diez años con todas las consecuencias que podemos pronosticar: inestabilidad, migración, creación de espacio para los terroristas y así sucesivamente”, dijo Lowcock al USA Today.
“Los países en los que trabajamos tienen el potencial de actuar como una especie de reservorios para el virus si no hay un esfuerzo significativo para contenerlo en esos lugares”, añadió. “Nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo”.
Los EE.UU. y algunos países europeos están empezando a reabrir negocios no esenciales y a poner fin a los procedimientos de cierre cuando los funcionarios ven que los índices de propagación del coronavirus empiezan a disminuir.
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Los estados alrededor de los EE.UU. han publicado planes para que algunos sectores de sus economías se reabran, mientras que la mayoría no han proporcionado plazos para cuando se permitan reuniones más grandes de personas como conciertos.
La reapertura de muchas empresas estadounidenses se produce cuando el país experimentó hace unos días su peor cifra de muertes, aún de un día, a causa de la pandemia.