La Corte Constitucional de Ecuador aprobó el miércoles las bodas gay en el país andino y dispuso que la Asamblea Nacional reconfigure la institución del matrimonio para que se dé un trato igualitario a las parejas del mismo sexo.
El histórico fallo del máximo tribunal ecuatoriano modifica la Constitución y desafía a la Iglesia católica en un país históricamente conservador.
La resolución de la Corte Constitucional desató el júbilo de grupos LGTBI y activistas de derechos humanos en la plaza Foch, en el centro moderno de Quito, así como en el puerto de Guayaquil (suroeste).
Cinco jueces se pronunciaron a favor, mientras que otros cuatro votaron en contra luego de dos sesiones reservadas, la primera hace una semana y la otra, de unas cuatro horas, el miércoles. Inicialmente la Corte se limitó a informar a las partes la aprobación del matrimonio gay, denominado civil igualitario en este país, sin dar otros detalles.
Ecuador, un Estado laico pero donde el clero ejerce fuerte influencia, se suma así a Argentina, Brasil y Colombia en el reconocimiento de derechos de los homosexuales en Latinoamérica.
Ecuador dio un primer paso en 2015 al validar la unión de hecho de parejas del mismo sexo mediante una reforma al código civil. Ahora la Corte Constitucional se pronuncia a favor del matrimonio homosexual al examinar las demandas de dos parejas de hombres que alegaban el derecho a contraer matrimonio ante las autoridades civiles.
Xavier Benalcázar y Efraín Soria, así como Rubén Salazar y Carlos Verdesoto, son los activistas que recurrieron a todas las instancias legales para exigir su derecho a casarse. Tras una larga lucha en marzo la Corte Provincial elevó una consulta a la Corte Constitucional.
En la plaza Foch varias decenas de personas ondeaban una bandera gigante arcoíris del movimiento LGTBI.
Pero el matrimonio gay generó también la reacción en contra del sector conservador. La política de derecha Poly Ugarte estimó que el máximo tribunal “no puede cambiar la Constitución, debe haber una reforma. Si quieren ideología de género, matrimonio igualitario o aborto, vamos a una consulta popular. Decisiones que afecten a nuestra vida y familia deben ser consultadas al pueblo”, señaló la exdiputada a través de su cuenta en Twitter.
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— Agence France-Presse (@AFPespanol) June 13, 2019
Los jueces que se opusieron en la Corte sostuvieron que la “vía adecuada para reconocer el matrimonio igualitario es el procedimiento de reforma constitucional que le compete a la Asamblea Nacional”.
“El pronunciamiento es obligatorio en el país porque las decisiones de la Corte Constitucional obligan a las autoridades ecuatorianas” a acatarlas, dijo el constitucionalista Gustavo Medina. La resolución “es vinculante y obligatoria”, por lo que “tendrá que aplicarse en el país”, insistió Medina, expresidente de la Suprema Corte de Justicia y abogado del Estado.
Christian Paula, abogado de la Fundación Pakta, que asesora legalmente a casi una decena de parejas del mismo sexo que buscan casarse en el país, considera que la decisión de la corte “implica que el Ecuador es más igualitario, es más justo que ayer, que se reconoce que los derechos humanos deben caber para todas las personas sin discriminación”.
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En 2008, el entonces presidente Rafael Correa sacó adelante una nueva Constitución de corte socialista que ratificó el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, dando continuidad a la versión anterior de la Carta Magna. Pero está prohibida la adopción para parejas del mismo sexo. Sin embargo, los jueces constitucionales se acogieron a principios “favorables a la igualdad de la persona” y en rechazo a “todo tipo de discriminación”.
En medio de vivas por la comunidad LGTBI y la familia diversa, la activista Pamela Troya, portavoz de la campaña Matrimonio Civil Igualitario Ecuador, recordó que “ha sido un camino muy duro, muy largo, difícil también. Finalmente hoy es un día histórico para el Ecuador porque es un poco más justo e igualitario”, afirmó.
Y también Efraín y Javier, una de las parejas cuya demanda ha dado lugar a este pronunciamiento de la Corte, estaban contentos. “Quiero saludarle a Javier, está en Guayaquil. Mi vida, te amo”, exclamó Efraín a la prensa en Quito. Agregó sentirse alegre por “poder alcanzar la igualdad” y animó a los homosexuales a no esconderse más y “disfrutar de esa dicha de ser iguales que cualquier otro”.