El cantante Vicente Fernández, de 81 años, permanece en terapia intensiva y es alimentado por una sonda, mientras muestra leves avances en su rehabilitación física 24 días después de haber sido hospitalizado en Jalisco.
«Se mantiene muy estable. El viernes por la noche derivado de las secuelas de su enfermedad, la incapacidad para realizar una deglución efectiva y por el tiempo de evolución, fue necesario realizar la colocación de una sonda de alimentación», expuso el intensivista Arturo Gómez en una conferencia de prensa.
El procedimiento de «mínima invasión» en el que se colocó un tubo directamente sobre el estómago del cantante «fue realizado sin eventualidades» y hasta hoy se alimenta por esta vía, añadió.
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Desde hace tres semanas, el intérprete está internado en un hospital privado de Guadalajara tras sufrir una caída que provocó un golpe en las cervicales cercanas al cráneo, lastimándose la médula y dejándolo sin movimiento de brazos y piernas.
Hace 10 días, la familia confirmó que Fernández padece el síndrome Guillain-Barré, una afección en la que el sistema inmunológico ataca los nervios y que puede llegar a producir una parálisis. Antes de eso se le había hecho una traqueotomía.
El equipo médico en conjunto con la familia Fernández determinaron que no darán más reportes médicos presenciales a los medios de comunicación, sino que los avances en la salud del cantante se difundirán cada tres o cuatro días mediante un comunicado oficial.
Vicente Fernández tiene problemas para comunicarse así que actualmente, debe hacerlo por señas.