En Filadelfia unos 50 cajeros automáticos han sido destruidos con explosivos para robar el dinero en efectivo de su interior, en el marco de una ola de disturbios en la ciudad, según declaraciones de la comisionada Danielle Outlaw.
La funcionaria comentó que los agentes policiales atendieron hasta el miércoles 3 de junio un total de 135 incidentes que involucran explosiones, algunos con dispositivos de fabricación casera como bombas molotov. Las explosiones en cajeros automáticos se extendieron a Upper Darby, oeste de Filadelfia y Drexel Hill.
“Hemos tenido que lidiar con un incremento en saqueos por medio de explosivos en los cajeros automáticos de la ciudad. Son intentos completamente fuera de control e innecesarios que ponen en riesgo la seguridad de los vecinos y del que los utiliza”, dijo Outlaw quien sospecha que se trata de un grupo de crimen organizado.
Con la intensión de desalentar más robos, la policía instó a los negocios que albergan las máquinas para retirar efectivo a no colocar dinero en los dispositivos. Uno de los incidentes dejó como saldo la muerte de un hombre de 24 años tras provocar un estallido en una ATM al norte de Filadelfia la mañana del martes. En el citado lugar se recuperaron explosivos sin detonar cercanos a la máquina expendedora de billetes.
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Otro joven de 25 años acusado de vender dinamita casera en las calles con instrucciones sobre cómo usarla en los cajeros automáticos fue arrestado, aunque las autoridades no están seguras de su vinculación con los estallidos, dijo el fiscal general del estado.
Según información preliminar, los saqueadores utilizan explosivos M-25 para conseguir abrir los dispositivos.
La mayoría de las explosiones e intentos de violentar los cajeros automáticos ocurrieron en gasolineras y tiendas cuyas máquinas están al aire libre o en las afueras del establecimiento. También se registraron frente a sucursales bancarias.